El Talmud (Meguilá 14) pregunta por qué no se recita el Hallel (cántico ritual que se recita al finalizar la Amidá en las mañanas de los días festivos) como sí lo hacemos en Janucá. Responde el Talmud que la lectura misma de la Meguilah es una suerte de Hallel, pues toda ella es un reconocimiento de los Milagros obrados por el Todopoderoso cuando el malvado Hamán intentó aniquilar al pueblo judío.

Dice el texto en Meguilá 14a:

(4) Los Sabios enseñaron en una braita: Cuarenta y ocho profetas y siete profetisas profetizaron en nombre del pueblo judío, y no restaron ni agregaron a lo que está escrito en la Torá, sin introducir cambios ni adiciones a las mitzvot excepto la lectura de la Meguilah, que agregaron como una obligación para todas las generaciones futuras.

(5) La Guemará pregunta: ¿Qué exposición les llevó a determinar que este era un modo de acción adecuado? ¿Sobre qué base agregaron esta mitzvá? Dijo el rabino Ḥiyya bar Avin que dijo el rabino Yehoshua ben Korja que razonaron de la siguiente manera: Si, al recordar el éxodo de Egipto, en el que los judíos fueron liberados de la esclavitud a la libertad, recitamos cánticos de alabanza, la canción del mar y el himno de Hallel , entonces, para recordar correctamente el milagro de Purim y conmemorar la liberación de Di-s de muerte a vida, ¿no es tanto más cierto que debemos cantar alabanzas a Dios leyendo la historia en la Meguilah?

(6) La Guemará pregunta: Si es así, nuestra obligación debería ser al menos tan grande como cuando recordamos el éxodo de Egipto, y recitemos también Hallel en Purim. La Guemará responde: Hallel no se dice en Purim, porque no se recita Hallel en un milagro que ocurrió fuera de Eretz Israel. La Guemará pregunta: Si es así, con respecto al éxodo de Egipto también, que fue un milagro que ocurrió fuera de Eretz Israel, ¿cómo podemos recitar canciones de alabanza?

(7) La Guemará responde: Como se enseña en una braita: antes del momento en que el pueblo judío entró en Eretz Israel, todas las tierras se consideraban aptas para que se recitaran canciones de alabanza por los milagros realizados dentro de sus fronteras, ya que todas las tierras eran tratadas por igual. Pero después de que el pueblo judío entró en Eretz Israel, esa tierra se dotó de mayor santidad, y todas las demás tierras ya no se consideraron aptas para que se recitaran canciones de alabanza por los milagros realizados dentro de ellos.

(8) Rav Najman dijo una respuesta alternativa sobre por qué no se recita Hallel en Purim: La lectura de la Meguilah en sí es un acto de recitar Hallel. Rava dijo una tercera razón por la que no se recita Hallel en Purim: Concedido que allí se dice Hallel, al recordar el éxodo de Egipto, ya que después de la salvación allí, podrían recitar la frase en Hallel: “Alabad, siervos del Señor” (Salmos 113:1); después de que su servidumbre al faraón terminó con su salvación, ellos eran verdaderamente siervos del Señor y no siervos del faraón. Pero, ¿se puede decir aquí, después de la salvación limitada conmemorada en Purim: “Alabad, siervos del Señor”, lo que indicaría que después de la salvación el pueblo judío era solo siervos del Señor y no siervos de Ajashverosh? No, incluso después del milagro de Purim, todavía éramos siervos de Ajashverosh, ya que los judíos permanecieron en el exilio bajo el dominio persa y, en consecuencia, la salvación, que estaba incompleta, no merecía la obligación de decir Hallel.