La bendición «Hamapil» se trata de un agradecimiento por el sueño nocturno. El "Kriat Shemá al ha-mitá" es la plegaria que decimos al acostarnos, e incluye el primer párrafo del Shemá así como está bendición de "HaMapil".
El Talmud dice que cuando dormimos por la noche, el alma se eleva al cielo para rendir cuentas por el día. Esto deja al cuerpo “desprotegido”, por lo que recitamos estas plegarias para contrarrestar esta situación.
בָּרוּךְ אַתָּה יְהֹוָה אֱלֺהֵֽינוּ מֶֽלֶךְ הָעוֹלָם הַמַּפִּיל חֶבְלֵי שֵׁנָה עַל עֵינָי וּתְנוּמָה עַל עַפְעַפָּי: וִיהִי רָצוֹן מִלְּפָנֶֽיךָ יְהֹוָה אֱלֹהַי וֵאלֹהֵי אֲבוֹתַי שֶתַּשְׁכִּיבֵֽנִי לְשָׁלוֹם וְתַעֲמִידֵֽנִי לְשָׁלוֹם וְאַל יְבַהֲלֽוּנִי רַעְיוֹנַי וַחֲלוֹמוֹת רָעִים וְהַרְהוֹרִים רָעִים וּתְהֵא מִטָּתִי שְׁלֵמָה לְפָנֶֽיךָ וְהָאֵר עֵינַי פֶּן אִישַׁן הַמָּֽוֶת כִּי אַתָּה הַמֵּאִיר לְאִישׁוֹן בַּת עָֽיִן: בָּרוּךְ אַתָּה יְהֹוָה הַמֵּאִיר לָעוֹלָם כֻּלּוֹ בִּכְבוֹדוֹ:
Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que cierras mis ojos con el sueño y mis párpados con la somnolencia. Plázcate oh Adonai. Dios mío, y de mis padres, hacerme dormir en paz y levantarme con quietud. Libérame de pensamientos turbios y sueños malos. Concédeme una noche de quietud y reposo. Ilumina mis ojos —al amanecer a la luz del nuevo día— Pues Tú concedes la luz a mis ojos. Bendito eres Tú Adonai, que iluminas al universo con Tu Gloria.
אֵל מֶֽלֶךְ נֶאֱמָן:
שְׁמַע יִשְׂרָאֵל יְהֹוָה אֱלֹהֵֽינוּ יְהֹוָה אֶחָד:
Oye, oh Israel, Adonai es nuestro Dios, Adonai es Único.
בָּרוּךְ שֵׁם כְּבוֹד מַלְכוּתוֹ לְעוֹלָם וָעֶד:
Bendito sea Su glorioso reino por siempre jamás.
וְאָהַבְתָּ אֵת יְהֹוָה אֱלֹהֶֽיךָ בְּכָל֯־לְ֯בָבְ֒ךָ וּבְכָל־נַפְשְׁ֒ךָ וּבְכָל־מְאֹדֶֽךָ: וְהָיוּ הַדְּ֒בָרִים הָאֵֽלֶּה אֲשֶׁר֯ אָ֯נֹכִי מְצַוְּ֒ךָ הַיּוֹם עַל֯־לְ֯בָבֶֽךָ: וְשִׁנַּנְתָּם לְבָנֶֽיךָ וְדִבַּרְתָּ בָּם בְּשִׁבְתְּ֒ךָ בְּבֵיתֶֽךָ וּבְלֶכְתְּ֒ךָ בַדֶּֽרֶךְ וּבְשָׁכְבְּ֒ךָ וּבְקוּמֶֽךָ: וּקְשַׁרְתָּם לְאוֹת עַל֯־יָ֯דֶֽךָ וְהָיוּ לְטֹטָפֹת בֵּין עֵינֶֽיךָ: וּכְתַבְתָּם עַל־מְזֻזוֹת בֵּיתֶֽךָ וּבִשְׁעָרֶֽיךָ:
Ama a tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con todas tus fuerzas. Las leyes que te prescribo hoy, grabarás en tu corazón. Las explicarás a tus hijos, meditarás en ellas en toda ocasión, al amanecer y al anochecer. Átalas por signo sobre tu brazo, ponías como frontales sobre tu frente, y escribirlas has, en las entradas de tu casa y de tus ciudades.
בָּרוּךְ יְהֹוָה בַּיּוֹם בָּרוּךְ יְהֹוָה בַּלָּֽיְלָה בָּרוּךְ יְהֹוָה בְּשָׁכְבֵֽנוּ בָּרוּךְ יְהֹוָה בְּקוּמֵֽנוּ. כִּי בְיָדְ֒ךָ נַפְשׁוֹת הַחַיִּים וְהַמֵּתִים אֲשֶׁר בְּיָדוֹ נֶֽפֶשׁ כָּל חָי וְרֽוּחַ כָּל בְּשַׂר אִישׁ. בְּיָדְ֒ךָ אַפְקִיד רוּחִי פָּדִֽיתָה אוֹתִי יְהֹוָה אֵל אֱמֶת:
Bendito eres al anochecer y al amanecer. Te loamos cuando nos acostamos y cuando despertamos. En Tu mano están las almas de los vivos y los, muertos. En Tu mano está el alma de todo ser viviente y el espíritu de todo ser. A Tu misericordia confío mi alma. Tú me has redimido, oh Dios de verdad
d