Una de las fechas más lindas en el calendario hebreo es el día 15 del mes Shvat. Este año coincide con el día 16 de Enero de 2014.
Sin relación con hechos históricos o religiosos, refleja la unión del pueblo judío con la naturaleza, con la tierra, con la ecología y un profundo amor por los árboles. Esta relación viene de larga data. La diáspora, al desarraigar al pueblo de su suelo natal, no pudo extirpar de su corazón ese cariño. Subsistió como una añoranza y los judíos dispersos por los confines del planeta tierra, siguieron recordando el día del árbol y de la primavera en Israel, aun cuando en los países donde se hallaban el mes de Shvat significara nieve, lluvia y árboles desnudos de hojas.
Shvat es el mes en que la naturaleza de Israel se despereza de su largo sueño invernal. Florecen repentinamente los almendros, primera señal de la primavera. Los prados y los valles se cubren de hermosas flores.
En este mes de renacimiento celebraba el judío la fiesta del árbol. En el día 15, que según la tradición es la fecha en que se fija el destino de las plantas, se procedía a plantaciones de árboles que no fuesen frutales, “árboles de placer”.
Una costumbre popular era la de plantar un cedro por cada varón que nacía, un ciprés para las niñas. Cuando, transcurridos los años, los dueños de esos árboles se casaban, sus ramas servían para adornar el palio nupcial (jupá). De esta forma se asociaba el árbol a uno de los acontecimientos más importantes de la vida judía.
Según el Talmud, cuatro son los comienzos de año en el calendario judío, a saber: 1 de Tishrei (Rosh Hashaná que coincide con el mes de Septiembre), 15 de Shvat (Rosh Hashaná lailanot, año nuevo de los árboles), 1 de Nisan (Comienzo de la redención del pueblo de Israel de su esclavitud en Egipto), 1 de Elul (año nuevo de los reyes).
Actualmente se acostumbra a hacer un “seder” de T”U BiShvat utilizando frutas típicas de Eretz Israel: higos, dátiles, almendras, uvas, algarrobas, etc.
La plantación de árboles en Israel se hace en este día festivo. Hay costumbres de donar árboles en memoria de seres queridos, con motivo de un Bar Mitzvá o simplemente poniéndolo a nombre de uno mismo. El KKL, es el organismo que desde hace años se encarga de dicha tarea.
Cuentan nuestros sabios que el 15 de Shvat, era también la última fecha del año en que se hacía entrega a las autoridades del diezmo (maaser). El diezmo era el impuesto agrícola que todo labrador debía otorgar en proporción a sus cosechas, y cuyo producto se destinaba al sustento de los levitas y las familias necesitadas, los huérfanos y las viudas.
Un Midrash dice: “Cuando lleguéis a un país, ¡plantad!”. Así habló el Eterno, alabado sea Su Nombre, a Israel.
Aun cuando el país nade en abundancia de leche y miel no debéis decir: “Aquí hemos de quedarnos, pero plantar no hemos de plantar”. Debéis labrar el suelo, aun en el caso de que otros lo hayan hecho antes que vosotros; porque lo que plantéis vosotros, será para vuestros hijos.
Cuenta Rabí Leví: Abraham había llegado a la Mesopotamia. La gente comía y bebía allá desde la mañana hasta la noche, llena de alegría y buen humor. Y dijo Abraham: “Ay de mí, ¿qué he de hacer en este país?”.
Más en Canaán, vio trabajar a la gente: cuando había que cosechar, cosechaban; y cuando había que cavar la tierra, la cavaban. Aquí dijo Abraham: “También yo podría vivir en esa tierra”. Y el Eterno le replicó: “Daré esta tierra a tus descendientes”.
Si el hombre no ara, no siembra y no cosecha en el verano, ¿qué comerá durante el invierno?.
Con las dos manos ha de trabajar el hombre hasta fatigarse, y entonces Di-s le dará su bendición. La bendición mora en toda clase de trabajo que ejecutan las manos.
El cuidado de los árboles, la ecología y el medio ambiente depende de cada uno de nosotros. Quiera Di-s podamos plantar y cosechar, ser responsables de nuestro hábitat y oxigenarnos con esos árboles de vida.
Jag Sameaj.
Lic. Hernán Kleiner.
Seminarista