Este año, Purim acontece en la salida de Shabbat, por ello se presenta la pregunta sobre si se debe pronunciar la havdalá - santificación que marca la salida del Shabbat - antes de dar lectura a la Meguilá o posterior a esta. Asimismo se presenta el interrogante sobre si es necesario esperar el tiempo estipulado por Rabbenu Tam, o sea una hora y doce minutas tras la puesta del sol o no.
En respuesta a lo anterior, cuando acontece Purim como en este año, se debe dar lectura a la Meguilá y posteriormente recitar la havdalá, pues de esta forma extendemos la salida del Shabbat. Y así lo dictaminan tanto Maran como Rama en el Shuljan Aruj.
Sin embargo, en relación a la bendición de "meoré haesh" - sobre el fuego, que se incluye en la havdalá -, escribe la obra Kol Bo que es preciso pronunciarla antes de la lectura de la Meguilá, pues esta bendición fue instituida por la creación del fuego a la salida del sábado por parte de Adam, por ello, al tomar provecho de la iluminación del fuego para dar lectura a la Meguilá es preciso pronunciar la bendición correspondiente previo a dicho uso.
Purim, que acontece en la salida de Shabbat, no es necesario esperar los 72 minutos que estipula Rabbenu Tam pues de todas formas la lectura de la Meguilá no representa una profanación del Shabbat y no sería apropiado retrasar a toda la congregación por este motivo. Por lo tanto, lo ideal es dar lectura a la Meguilá inmediatamente después de la plegaria de Arvit. En este caso, teniendo en cuenta que es preciso pronunciar la bendición de meoré haesh, como aclaramos más arriba, será apropiado hacer que un niño encienda la vela y el oficiante podrá pronunciar la bendición correspondiente.
En síntesis, se debe dar lectura a la Meguilá en forma inmediata tras la tefilá de Arvit y al culminar la Meguilá se pronunciará havdalá. Sin embargo, previo a la lectura de la Meguilá se debe pronunciar la bendición de meoré haesh, pero teniendo en cuenta que todavía no se cumplió el tiempo de Rabbenu Tam para la salida del Shabbat, será necesario pedir a un niño que encienda la vela para que el oficiante pueda pronunciar la bendición correspondiente. Por supuesto, en la havdalá se obviará la bendición de meoré haesh que ya fue recitada.