En la Haftará de Parashat Bo leemos una parte de las profecías de Jeremías contra Egipto. Jeremías predice un ataque contra Egipto por Nabucodonosor, rey de Babilonia. Aunque Egipto es poderoso, Jeremías confía en que el faraón egipcio será dominado por los babilonios.

Jeremías se burla de los egipcios, recordándoles que sus dioses no podrían resistir el poder del único Dios verdadero. Después de que los egipcios huyen de los babilonios, Jeremías promete, "Clamaron allí: ¡Faraón, rey de Egipto, hizo alarma con voz estruendosa, mas dejó pasar el tiempo señalado para la guerra!  (46:17).

En los tres últimos versos del haftarah Jeremías es menos condenatoria, y de hecho dice que "aunque Egipto, pronto será destruido, después ella será habitada de nuevo como en tiempos pasados" (46:26).

Y Jeremías se dirige a Israel y ofrece un breve mensaje de consuelo. A pesar de que Israel se exilió, serán redimidos, y Dios entregarlos de vuelta a su tierra. Las naciones de todo Israel será destruido por sus malas acciones, pero Dios dice: "Yo no te dejaré sin castigo, pero yo castigaré en medida" (46:28).

Conexión a Parshat Bo

En la parashá de esta semana leemos acerca de los últimos tres plagas que Dios inflige a los egipcios antes del Éxodo: langostas, tinieblas, y la plaga de los primogénitos. Del mismo modo, la Haftará describe los egipcios siendo castigados y cayendo delante de sus enemigos. Promesa de la redención de Jeremías de Israel es muy similar a la promesa que recibieron de Moisés. Pero en el Éxodo, como en Jeremías, los israelitas no escapan castigo: que sufren de falta de alimentos, agua y la fe en su viaje a través del desierto hacia la Tierra Prometida.

Adaptación