"Habló Moshé a los jefes de las tribus de los hijos de Israel diciendo: Esta es la cosa que ordenó D-os: Cuando un hombre formule un voto a D-os o haga un juramento… que no profane su palabra, como todo lo que sale de su boca deberá hacer" (Bamidbar 30:2-3).

Al comienzo de esta Parashá, la Torá se refiere a las leyes de los votos y los juramentos mediante los cuales la persona se puede auto-prohibir formalmente algo que la Torá no le prohibió hacer, o puede auto-obligarse a hacer formalmente algo que la Torá no le obligó realizar.

La persona tiene el poder de convertir mediante su voto algo mundano en algo de santidad, porque cuando la persona cuida su boca, esa boca se convierte en un elemento de santidad. Así como en el Templo los utensilios de santidad tenían el poder de santificar las ofrendas que eran dispuestas en ellos, así también las palabras que salen de la boca de la persona que es cuidadosa en no profanar su habla, tienen el poder de santificar algo mundano.

La Parashá de esta semana es la anteúltima del Sefer Bemidbar, estamos a un paso de entrar a Eretz Israel, el pueblo ya pasó una transición generacional, y va cerrando un ciclo. Nosotros hoy día ya pasamos 17 de Tamuz y vamos rumbo al 9 de Av, con todo lo que estas 3 semanas traen. Luego comenzamos una cuenta regresiva de 7 semanas rumbo a otro cierre de ciclo.

La palabra es lo más constructivo y destructivo que tiene el ser humano, es una herramienta muy potente que depende mucho de cómo la usemos. Que tan difícil es hacer memoria de nuestras palabras pasadas y que alguien venga a indicarnos que lo que dijimos no es lo que hicimos o estamos haciendo.

Es un mandamiento no jurar en nombre de D-os en vano, pero también está escrito que hacer un juramento aunque no sea mencionando a D-os también es grave. Nuestra palabra, como dije antes, tiene un peso importante y un juramento es un compromiso que debe ser cumplido.

No nos dejemos engañar con la ceremonia de Kol Nidré donde se formula una anulación de los votos. Kol Nidré tiene un origen, del cual no voy a explicar ahora, un por qué se anula un voto y qué tipo de voto se anula.

Seamos precavidos siempre en lo que decimos, en lo que prometemos, en lo que juramos y cómo lo hacemos, además de dónde lo hacemos y frente a quien. Todo lo relacionado a la palabra depende unívocamente del entorno.

Por último y a modo de reflexión, me toca relacionar esto de los juramentos con el recuerdo del día de hoy, hoy 18 de julio de 2014, 20 años de aquel atentado perpetuado en el edificio de la AMIA, con fines que no sabemos, con objetivos no claros, fue atentado por la comunidad judía de Argentina pero que repercutió en la comunidad Argentina porque los responsables no hicieron distinción de entre los orígenes de los fallecidos.

20 años donde los juramentos de justicia y verdad se los llevó el viento, donde en pocos papeles quedó algo escrito, donde personas desaparecieron y sus palabras también se las llevó el viento.

Espero que este mundo todo pueda, pronto en nuestros días, comprender la fuerza del juramento y de la palabra toda, para ser mejores humanos y que esta sociedad tome un valor significativo, un valor que nunca tuvo que haberse perdido.

Shabbat Shalom
Sergio Man