El libro de Devarim, quinto y último de la Torá, es llamado también Mishné Torá - "Repetición de la Torá", porque trae un compendio de los cuatro libros anteriores, y se caracteriza por el mensaje de Moshé, su intermediación posibilitaba que las personas puedan comprender exactamente el mensaje divino y de sus palabras se desprende la Torá Oral, que es la Ley Viviente, interpretada y estudiada en todas las generaciones:
“Estas son las palabras que Moshé habló a todo Israel en la región del Jordán en el desierto, en las llanuras desérticas enfrente de Suf, entre Parán y Tófel y Labán y Hazerot y Dizahab, a once días de viaje desde Horeb por camino del monte Seír hasta Qadésh-barnea” (Devarim 1:1).
Esta Parashá siempre se lee el shabbat previo a Tishá BeAv (9 de Av), junto a ella la Haftará de Ishaiah (1:1-27) y la visión de él sobre Ierushalaim. Y es por esto que este Shabbat se lo llama “Shabbat Jazón”, el Shabbat de la visión.
La diferencia entre “visión” y “audición” es, que cuando uno ve algo, es infinito, es decir, no hay nada que pueda introducir en uno dudas sobre el asunto, porque uno mismo lo vio. Sin embargo en el caso de la “audición”, cuando uno oye algo, a pesar de que en el momento en que uno lo escuchó está claro en la razón, a través de preguntas uno puede comenzar a dudar de la veracidad del asunto. Esto demuestra que, aún en el momento en que uno lo oyó e internalizó, el asunto era limitado.
El pueblo de Israel al salir de Egipto vio milagros, vio hechos, vio la intensidad de Di-s y así llegar al desierto a punto de entrar a Eretz Canáan. Tras pasar 40 años, toda la generación que había visto fue quedando en el desierto y la nueva generación ahora tras una tradición oral necesitaba oir, estaba preparada para eso, y es por eso que Moshé ahora habla y relata lo que se vivió durante la travesía del desierto.
Shabbat Shalom veTzom Kal para el próximo Lunes por la noche y Martes que se estará haciendo ayuno en recordación a las destrucciones de nuestro Templos y nuestra historia.