Aprendemos de este versículo, sobre tres formas de donar o dar caridad.
...la ofrenda que tomarán será de oro, plata y cobre. (Shemot 25,3)
Está la persona que da Tzedaka (caridad) cuando está sana y fuerte, ¿para qué?, podrá ser con la intención de no enfermarse y seguir bien, o para tener éxito en sus emprendimientos, esta es la cualidad de “oro”,que en hebreo se dice ZaHaB y que se forma con las iniciales de ZE HANOTEN BARI, el que dona estando sano.
En un escalón más bajo, encontramos al que entrega Tzedaka, únicamente cuando ve o presiente un peligro cercano, esta es la cualidad de “plata”, que en hebreo se dice KeSeF, y que se forma con las iniciales de KESHE YESH SAKANAT PAJAD HU NOTEN, cuando hay peligro siente miedo y da.
Y más abajo, está el que da Tzedaka cuando está en cama, muy cerca de pasar al otro mundo, o en una situación muy comprometida, esta es la cualidad de “cobre”, que en hebreo se dice NEJOSHET y que se forma con las iniciales de NETINAT JOLE SHEAMAR, entrega del enfermo que dice que va a dar...
Dice la Guemara en el tratado de Avoda Zara (hoja 19): dichoso el hombre temeroso de Hashem (Tehilim 112,1), mientras es un hombre completo, sano y fuerte, tiene temor al Bore Olam!
Hay hombres que esperan a que se le caigan los dientes para dejar de comer alimentos prohibidos. Hay hombres que esperan a que se le cierren los ojos para dejar de ver cosas prohibidas. Hay hombres que esperan a que sus cabezas no funcionen para dejar de pensar cosas que no es correcto pensar. Pero, dichoso el hombre..., el hombre que siente temor, que teme a Hakadosh Baruj Hu y puede servirlo cuando todavía sigue siendo un hombre, cuando todavía es joven, sano y fuerte, que puede hacer el Servicio en forma completa...
En el Midrash Raba (perasha 35) está escrito: dijo Resh Lakish: este mundo no es un digno merecedor para hacer uso de un material como el oro. ¿Y por qué fue creado? Solamente para ser utilizado en el Mishkan, en el Tabernáculo que construyeron los iehudim en el desierto. Todo el oro del mundo se creó para ser usado en el Mikdash, y, de paso, la gente le dio otros usos. Pero hoy en día, no pensamos así, existe el oro (primero), y existe el oro (después), que nos pueden pedir como donación para ser usado en cosas sagradas...
Y de acuerdo a esto, el “Beis Haleivi” explica la Guemara al principio del tratado de Avoda Zara. En el futuro, Hashem se dirigirá a todos los pueblos del mundo y les dirá que quien se haya ocupado de la Tora puede acercarse a recibir su premio.
Los primeros en llegar fueron los romanos, argumentando que construyeron baños públicos, puentes y mercados, todo, para que los hijos de Israel puedan estudiar Tora!
El Beis Haleivi dice que los romanos no mintieron, ya que estamos hablando en el futuro, en un momento en que la tierra está “inundada” de la Verdad y la Luz, la Sabiduría del Creador que en el futuro hará ver a todo el mundo que cada cosa que fue creada, solamente fue creada para el pueblo de Israel, para que Israel se ocupe de la Tora, como todo el oro, que fue creado para el Beit Hamikdash y de paso, todos lo utilizaron...
Por eso decimos que no mintieron, porque en el momento que hablaron, en el futuro, ya todos sabían que todo se hizo para el pueblo de Israel.
Seguro que los romanos no tuvieron ni la mínima intención de hacer algo por el pueblo de Israel, pero en el futuro todos verán, que aunque sus intenciones hayan sido totalmente personales, y hasta en contra de Israel, realmente, detrás de las cortinas, todo lo hicieron para Israel.
El gaon rabi Aharon Kotler ztz”l, que dictaba sus conferencias en la Ieshiva de Leikud, solía tomar un avión para ir a la Ieshiva Etz Jaim, para dictar también allí conferencias junto a su yerno, el rab Iser Zalman ztz”l. En una oportunidad dijo: ahora ya sé para qué se inventó el avión!
Todos los inventos, fueron creados para ocuparnos de la Tora, también el teléfono, la electricidad..., todos!
El rab Ordantlij ztz”l, rab del Beit Hakneset “Itzcovich”, acostumbraba, en cada conversación telefónica, sin importar con quién hablaba, agregar un estudio de Tora, para “santificar” el teléfono, dándole el uso real para el cual fue creado, que como todas las cosas fue para Israel y la Tora, y además, para contrarrestar el daño que provoca la gente, en general, cuando usa el teléfono para hablar Lashon Hara y Rejilut. (hablar mal y contar cosas prohibidas)
Decía que todo empezaba por la forma de atender (en Israel mucha gente atiende diciendo “halo”. Y con sus letras formamos las siguientes palabras: HALO = Lashon HAra y rejilut!
¿Por qué, en la construcción de todos los instrumentos del Mishkan está escrito “harás”, y en la construcción del Aron dice “harán”?
Explican que harán se refiere a las personas que se ocupan de la Tora. Hay cosas que se tienen que hacer juntas entre varias personas. Los estudiantes de Tora (nos referimos a los verdaderos estudiantes), en general no tienen dinero, y Hashem se encarga de hacer que la gente que tiene plata, no tenga, en general, Tora. Esto hace que se produzca una asociación casi obligatoria al estilo Issajar y Zebulun, esto es lo que hacen juntos, por eso, harán.
Dice el “Pardes Iosef”, en la bendición que decimos después de las bebidas o de algunas comidas pronunciamos “bore nefashot... vejesronan”, ¿por qué mencionamos faltantes en el alma?
Podemos explicar: hay personas a las que, lo alenu, les falta Tora, y hay otras personas a las que les falta dinero.
¿Por qué Hakadosh Baruj Hu hizo algo así?
Para que todas las almas puedan vivir. Juntas, estas personas pueden hacer buenos negocios.
Y, como veremos más adelante, cada iehudi tiene dentro suyo a Issajar y a Zebulun.
Porque cuando durante el día o la noche, un iehudi está estudiando Tora, allí es Issajar, cuando está rezando, él es Issajar, cuando cumple cualquier otro precepto, es Issajar. Pero, cuando se preocupa y se ocupa de su sustento, ahora es Zebulun.
En el interior de cada iehudi se hizo un contrato: Issajar y Zebulun, que distribuye parte de su tiempo en la busqueda del sustento y otra parte en sentarse y estudiar Tora, que es nuestra verdadera meta, nuestra finalidad como iehudim.
Cuentan sobre un anciano conductor de carruajes que tenía todos los caminos del país en la palma de su mano, pero sobre los senderos de la Tora y de las leyes, su estado era más que preocupante. Un día se preguntó: ¿qué será de mi mundo venidero? Y se dirigió al rab de la ciudad para pedirle su consejo.
Me alegra mucho que te preocupes por tu Olam Haba, dijo el rab. Tengo un muy buen consejo para vos. Deberás continuar con tu trabajo en la forma acostumbrada, yo buscaré un Talmid Jajam, que se ocupe únicamente del estudio de la Tora, y haremos entre ustedes un contrato “Issajar y Zebulun”. El rab le explicó que con la suma de cincuenta rublos al mes se podría firmar el contrato y todo quedaría solucionado. Vení mañana y te presentaré a tu nuevo socio.
Al día siguiente, el conductor se presenta en el Beit Hamidrash, y allí vio una gran cantidad de jóvenes estudiantes, sentados y estudiando. El gran salón se veía como un lugar muy agradable, cálido gracias a una gran estufa, que no dejaba sentir el frío que hacía afuera. Uno de los encargados del lugar, pasaba junto a los estudiantes y repartía vasos de té. El conductor saludó calurosamente a su nuevo socio, y se dieron un apretón de manos. El rab habló con el estudiante y le explicó quién era este hombre.
El conductor sacó de uno de sus bolsillos una botella de vino para hacer un brindis por el futuro de la nueva sociedad. Y le dijo a su socio: Mañana por la mañana irás a buscar los caballos, y te dirigirás al depósito de granos de la ciudad, de donde tomarás doscientas bolsas de granos que se las entregarás al contratista. Después de eso hay muchas otras cosas para hacer, pero primero, después de entregar todas las bolsas al contratista, volverás aquí, al Beit Hamidrash, donde yo te estaré esperando para darte nuevas indicaciones. Mientras tanto, estaré sentado aquí leyendo Tehilim...
El estudiante no entendía nada de lo que le decía el hombre, y lo mandó a hablar con el rab para que le explique la intención de la sociedad.
¿Qué nos enseña este ejemplo? Todos nosotros somos socios al estilo Issajar y Zebulun. Pero no es una sociedad entre dos o más personas. Cada uno de nosotros forma su propia sociedad, consigo mismo!
El problema radica en que muchas veces “cambiamos” los roles entre Issajar y Zebulun.
Cuando llega el momento de rezar, ¿quién es el que debe trabajar en el momento de Tefila? Desde luego, Issajar. ¿y qué es lo que ocurre?
Mientras la boca está rezando, y el cuerpo se estremece, cumpliendo con el trabajo de Issajar, la cabeza cambia y comienza a realizar los negocios de Zebulun!!!
Esh Dat 5760. Rab Shlomo Levinstein Shlita.