En la Parashá de Ki Tisa, cuando se nos relata del pecado del egel hazahav (becerro de oro), leemos que estando Moshé arriba del Monte Sinaí, Di-s le dice que baje, pues que el pueblo se había corrompido y desviado del camino encomendado, y se habían hecho un becerro (dios egipcio) de fundición, ofreciéndole sacrificios y que tenía la intención de destruir al pueblo, ahí mismo Moshé suplica (reza) para que ello no suceda. Luego leemos que cuando se acercó al campamento, la ira de Moshé se encendió y arrojó de sus manos las Tablas y las quebró al pie de la montaña. Muchos comentaristas discuten por esta interpretación sobre si las arrojó con intención o sin intención. (Shmot 32:7-19)
Aquí, en esta sección semanal de Ekev, Moshé recuerda dicho evento, les cuenta a la nueva generación lo ocurrido y que en esa situación Di-s también lo había escuchado, e hizo cambiar la idea de exterminio dando una nueva oportunidad, y a su vez dice "entonces agarré las dos tablas y las arrojé de mis manos, rompiéndolas ante sus ojos" (Devarim 9:17), lo que podemos aprender que como en este Séfer, que es un resumen de todo lo ocurrido, dichos por la palabra de Moshé, podemos tomar como confesión que premeditadamente fue él mismo quien arrojó y quebró las tablas de la ley que habían sido escritos por el dedo de Di-s, y anulando la posibilidad que sin intención según algunos midrashim, haya sido la casual de la rotura de las 2 tablas.
Ahora bien. ¿Cuál es el mensaje de todo esto?. Así como empieza la Parashá Ekev, "Y como consecuencia que escuchen estos mandamientos y los guarden y los lleven a cabo, el Eterno tu Dios guardará para ti el pacto y la bondad que Él juró a tus ancestros". Esta frase se repetirá varias veces en todo el texto, quizá dicho de otra manera, pero manteniendo el significado. Recuerda que al pie del Monte Sinaí aceptaste las leyes de Di-s y así fue que Moshé subió a recibir todas las enseñanzas para luego transmitirlas al pueblo (pues recordemos que la voz de Di-s era tan potente que el pueblo no podía seguir escuchándolo y temían a la muerte). Leemos en el capítulo 11, versículo 13, el texto que luego fue añadido al recitado diario del Shemá Israel (el segundo párrafo), donde como expliqué al principio, repite, no literal, el concepto de escuchar y observar los mandamientos. "Y sucederá que si escuchar, entonces escucharán Mis Mandamientos, que Yo les ordeno hoy, para amar al Eterno su Dios y servirle con todo su corazón, y con toda su alma".
Relacionamos aquí lo ocurrido en Ki Tisá con lo ocurrido en Ekev. Ambos respetan la misma esencia, a consecuencia de haber desviado los corazones (el sentimiento) del camino que Di-s ordenó y el pueblo había aceptado, el castigo era ser exterminados, ese único objetivo que lo dice claramente el "primer mandamiento", la primera enmienda de los Aseret Hadibrot (que leímos la semana pasada), "Yo soy Adona-i, Tu Di-s...". Lo que Él sólo quiere es ese amor incondicional del "Hombre con Di-s", una conexión que una lo divino con lo terrenal, y si eso no lo podemos mantener es cuando todo lo bueno que podemos tener entra en duda "y Él retendrá los cielos y no habrá lluvia, y el suelo no rendirá su producto, y prontamente perecerán de la buena tierra que el Eterno les entrega" (Devarim 11:17).
Como explica Rashi, "prontamente, yo no les daré respiro". Es decir, que una vez que Di-s decida que llegó el momento preciso en que deberán ser exiliados de la Tierra de Israel, Di-s no les dará prórroga, sino que inmediatamente los expulsará, sin esperar un solo instante más de lo debido (Beer baSadé).
Reflexionemos en estas palabras, aboquemos este Shabbat para ver nuestro camino y no dejar que la cotidianeidad nos confunda y desvié. Como aprendí esta semana, los sabios nos establecieron que recemos 3 veces por día, mínimo tenemos 3 instancias en el día para volvernos a Di-s, para rezarle, suplicarle, agradecerle, para que no seamos nosotros parte del problema sino de la solución. Sigamos el camino de la Torá con la mejor intención que podamos.
La Torá nos dice que la Tierra de Israel mana leche y miel. Estos son dos alimentos que vienen de algo prohibido, la leche está en la ubre de la vaca y es carne y a la vez leche (cosa que no podemos mezclar), también la miel es un producto de la abeja (que es un insecto prohibido para consumir). Entonces, ¿Cómo puede ser que se pueda comer estos dos alimentos, tanto leche como miel? La idea es que la Tierra de Israel tiene esta fuerza de convertir lo impuro en puro y lo profano en sagrado, la Tierra de Israel nos enseña que tenemos la facultad y la posibilidad de santificar nuestra vida y también sacar bien de lo impuro y contener elementos mundanos en espiritualidad.
Esta es la vida judía, utilizar este mundo en una forma adecuada y correcta para poder contener nuestra vida, tiempo, espacio y todo lo que tenemos en cosas positivas, buenas y sagradas.
Tec. Sergio Man - baal tefilá y baal koré - AGOSTO 2020