Lo que más caracteriza al codicioso es un interés propio, un egoísmo que nunca se consigue satisfacer, la codicia es la ambición desmedida y exaltada de dinero, bienes u otro tipo de riqueza.

Los israelitas están ya en el desierto, apenas vieron el milagro de salvarse del ejército egipcio cruzando el Iam Suf empiezan a quejarse que no tienen agua para beber ni comida para comer. Di-s les provee primeramente de agua y luego de alimento caído del cielo, pero les pone una condición: no recojas más de lo necesario.
Cuando el maná caía, cada familia debía tomar una porción para sus miembros, si recogían de más esa porción adicional se volvía incomible o se derretía bajo el sol. Sólo tenían permitido tomar una porción doble el día previo a Shabbat.

De aquí debemos aprender a no codiciar tener más de lo que podemos tener, aunque, opino yo, está en la naturaleza humana, y más en esta época tecnológica, el querer más conocimiento, más dinero, más poder... debemos aprender a valorar lo que tenemos, lo que Di-s nos brinda, desde el milagro de despertar cada día, el milagro de tener salud y sustento, hasta el milagro de ver o vivir algo que nos parecía inalcanzable.

 

En la parashá pasada tuvimos las primeras ordenanzas, principalmente conmemorar los meses y contar la historia de la esclavitud, en esta parashá tenemos como parte de los primeros preceptos, el guardado del Shabbat. Aún estando en el desierto, donde quizá uno fácilmente pierda la noción del tiempo y lugar, Di-s nos instruye a contar los días y dedicar el séptimo día a Él y al descanso, y la forma de ayudar a tener ese tiempo calculado era a través de la entrega del maná. Todos los días entregaba una porción necesaria, pero el sexto día entregaba para poder tomar el doble y así tener alimento para el día de Shabbat, pues en ese día se nos prescribió no hornear ni cocinar.

 

Cuando nos preguntan o vean que somos tan meticulosos con el Shabbat, o que es el día y la festividad que más se observa en el judaísmo, deberíamos recordar y responder que es el día que incluso en el desierto, apenas de haber salido de la esclavitud y opresión egipcia, nos fue encomendado observar, y así ha sido desde entonces. Shabbat y la salida de Egipto, dos símbolos que nos acompañan en cada paso de nuestra historia y memoria.

Tomemos lo que tenemos y podemos poseer y saquemos provecho de ello, y si tenemos la oportunidad creceremos con eso y si podemos tener más, seamos agradecidos y no nos olvidemos de cuando no lo teníamos.