זְכֹר יְמוֹת עוֹלָם בִּינוּ שְׁנוֹת דֹּר־וָדֹר שְׁאַל אָבִיךָ וְיַגֵּדְךָ זְקֵנֶיךָ וְיֹאמְרוּ לָךְ׃
"Recuerda los días de antaño, comprendan los años de generación tras generación; pregunta a tu padre, y él te informará, a tus ancianos, y ellos te dirán" Devarim 32:7
"Recuerda los días de antaño", de esta forma Moshé procede a recordarle al pueblo una lista completa de actos de bondad amorosa que Di-s había realizado por ellos (Jizkuni); y como aquí dice "Recuerda", es que podemos, o bien debemos, dirijirnos a nuestros padres (a los ancianos) para preguntarles ante el olvido (Ibn Ezra).
Según Rashí, "tu padre" son los profetas de Israel, aquellos que pueden hablar tanto del pasado como del futuro, mientras que "tus ancianos" hace referencia a los sabios, a aquellos que únicamente pueden hablar de lo ya sucedido.
La sola mención del peso que la memoria tiene en el pueblo de Israel nos pone ante un problema de fondo que por lo menos hay que evocar. Que el recuerdo pueda ser actualizado y revivido, celebrado y festejado, de modo que siga vivo en el presente y que además abra caminos para el futuro, ello sólo es posible dentro de una concepción peculiar del tiempo, nuestra concepción vulgar del tiempo lo asemeja a una línea recta indefinida, a lo largo de la cual se van marcando, colgando los acontecimientos o los personajes, una sucesión de acontecimientos, unidos por un flujo homogéneo e indefinido. Desde lo judaico no hay una palabra para nuestro "tiempo vacío", el tiempo es siempre un momento o un corte temporal, un tiempo para algo, la vida del hombre se compone de una serie de muchos tiempos.
La memoria no es una mera facultad del alma humana, sino la dimensión del ser humano que forma su propia identidad, su ser. La historia versa sobre países, pueblos, instituciones, saberes, etc.; mientras que la memoria es de un pueblo, un individuo. Es decir, la historia tiene objeto, mientras que la memoria tiene sujeto, sea individual o colectiva (Gabriel Amengual Coll Israel, Pueblo de la Memoria).
Debemos estudiar, leer y releer, interpretar, recordar, indagar. Estas son las enseñanzas de la Torah, por eso somos el pueblo de la memoria y del libro, como lo hemos hecho durante todo Kippur, pedimos a Di-s que nos recuerde para bien, que nos favorezca con el perdón para seguir mejorándonos, y hoy, ya pasado ese día sublime somos nosotros quienes debemos recordar las maravillas que Él nos hizo y nos hace para transmitir a las generaciones actuales y futuras y permanecer en la senda correcta.
¡Shabbat Shalom!
¡Ketivah veJatima Tovah!
Tec. Sergio Man
Baal Tefilá, Baal Koré, Baal Tokea, Talmid de Melamed (VHH)
Octubre 2022