La Parashá de la semana tiene 2 temas centrales e importantes, y para mi entender para nada desconectados, esta semana se lee una sección muy impactante y definitoria, si la historia no hubiera sido como la cuenta la Torá, otro hubiera sido el destino de Am Israel.
El primer tema, con el comienza la lectura, la declaración de Di-s hacia Moshé para que envíe hombres a ver la Tierra de Israel. Esto nos indica que los hijos de Israel estaban cerca y pronto a ingresar.
El otro tema es el precepto de los Tzitziot, esos flecos que cuelgan de las ropas de 4 puntas, las cuáles reflejan y nos recuerdan los preceptos de la Torá, tras todo lo que sucede en esta Parashá, la sección finaliza con esto, recordar los preceptos y no desviarse del camino, no errar yendo tras las codicias de nuestros corazones y de nuestros ojos, en pos de los cuales nuestros impulsos deberían ser controlados.
La primera pregunta es, ¿necesitaba Di-s que Moshé envíe hombre? Y la clave la tenemos en las palabras que indican la “orden”: Shlaj Lejá, “envía para ti”. Ese para ti, ¿se refiere a Moshé?. Cuál era la necesidad de Moshé enviar “espías” a la Tierra, ¿acaso no confiaba él, quien hablaba directamente con Di-s?.
La conclusión es que la necesidad de enviar gente era del mismo pueblo. Después de haber visto las plagas de Mitzraim, de haber salido de Mitzraim, después de haber cruzado el Iam Suf, de haber visto caer otros pueblos, de haber visto la entrega de las Tablas de la Ley y otros milagros en el desierto, todavía necesitaban la certeza que el entrar a la Tierra Prometida no iba a ser un fracaso y no iban a caer frente a otros pueblos que ya habitaban allí.
Moshé junta a 12 personas, 12 líderes, 12 representantes, uno por cada tribu, y les indica por dónde deben entrar a la Tierra, que deben prestar atención a determinados detalles y regresar con pruebas fehacientes de las palabras que ellos digan.
Efectivamente así fue, entraron por el desierto, por el sur, por el Negueb, por lo más “feo”, hasta llegar a Hebrón, a un lugar más habitable, más potable, mas “bello”. La travesía de los “espías” del pueblo de Israel había durado 40 días, explorando la Tierra. Y regresaron, y le contaron a todo el pueblo lo que habían visto y trajeron racimos de uva y frutos de la tierra. El punto de inflexión se da cuando de los 12 enviados, 10 se ponen de acuerdo (según cuentan los Midrashim) para hablar positivamente de la Tierra pero en contra de ingresar y avanzar. Hablan de ciudades amuralladas, de gente enorme, de grandes frutos, etc. Y 2 de los enviados hablaron positivamente a favor de ingresar y de la confianza en Di-s que se iba a poder “conquistar” cada terreno.
“El viento sopla hacia la mayoría”, eso fue lo que pasó con el pueblo, asustados y sorprendidos por los comentarios de 10 de los enviados es que se echaron atrás, se rebelaron, y comenzaron a murmurar, a hacer Lashón Hará, pero no contra Moshé y Aarón o contra de otros pares, sino en contra Di-s, como relata la Torá en Bemidbar 14:29: “En este desierto caerán vuestros cadáveres, todos los que de vosotros fuisteis contados según el total del censo hecho de vosotros, desde la edad de veinte años para arriba; todos los que habéis murmurado contra Mí.”
Aquí se sentencia la decisión y la futura caminata de 40 años, “Según el número de los días que explorasteis la tierra, o sea cuarenta días, por cada día un año, un año por cada día, así llevaréis la pena de vuestras iniquidades cuarenta años, y conoceréis la consecuencia de vuestro alejamiento de Mí.” (Bemidbar 14:34), al menos 2 generaciones son las que no entrarán ni verán la tierra, todos a excepción de Yoshua bin Nun y Kalev ben Iefune, aquellos 2 que confiaron en Moshé y Aarón y en la palabra de Di-s y volvieron con ideas positivas para conquistar la Tierra.
Esto no se termina aquí, aunque la sentencia estaba dicha, aunque el pueblo se sintió enlutado por su pecado, un grupo salió a la guerra, se revelaron y cayeron muertos en guerra, esto demostró que ya Di-s se había apartado del pueblo, y una segunda señal, que la palabra es “Sagrada”, fue aquel hombre que sale en Shabbat a cortar leña y muere a causa de ello.
Es mi deseo, que en este Shabbat, muy especial para mí, que todos puedan comprender que la decisión de una mayoría no siempre es la acertada, que 10 personas pueden formar un minian pero no necesariamente ese minian se junte con un objetivo en común y realizar lo que la tradición indica. Que cada uno tiene su pensamiento y todos deben ser respetados, que el pueblo de Israel es uno pero a su vez donde hay judío hay una opinión y que todos somos parte de la misma Congregación y que el porvenir del Judaísmo y de la Tierra de Israel y del compromiso de todos y cada uno repercute en TODOS, así fue en el desierto, sólo unos pocos fueron salvados de “la plaga del desierto”, de la sentencia de Di-s, y que nuestras decisiones personales de hoy repercuten en nuestras generaciones venideras, como indica la Torá.
Shabbat Shalom umeboraj
Sergio Man
Baal Tefilá