Shᵉmot 26:31 "Y Harás una cortina de azul, púrpura y carmesí, y de lino torcido; tendrá labrada en ella un dibujo de querubines" וְעָשִׂיתָ פָרֹכֶת תְּכֵלֶת וְאַרְגָּמָן וְתוֹלַעַת שָׁנִי וְשֵׁשׁ מׇשְׁזָר מַעֲשֵׂה חֹשֵׁב יַעֲשֶׂה אֹתָהּ כְּרֻבִים׃
Unidos en la diversidad, tejiendo un futuro sólido, es el mensaje de la parashá Terumá, porque la Torá nos da instrucciones detalladas para la construcción del Mishkán, el Tabernáculo, y uno de los elementos clave era la "cortina" que separaba el Kodesh del Kodesh HaKodashim que estaba hecha de "azul, púrpura y carmesí, y lino torzal". No se trataba de un solo color, ni de un solo material, sino de una combinación armoniosa de elementos distintos.
Podría haber sido una tela uniforme, pero no lo fue. Di-s nos enseñó un mensaje profundo: la santidad no nace de la monotonía, sino de la integración de lo diverso. En tiempos modernos, tanto en Israel como en la diáspora, vemos que la mayor fortaleza del pueblo judío radica en su diversidad. Somos sefaradim y ashkenazim, religiosos y laicos, jóvenes y mayores, pero juntos formamos un solo pueblo. Nuestra historia nos ha demostrado que cuando aceptamos las diferencias como una fuente de riqueza, construimos algo más fuerte que una simple estructura: construimos una nación con propósito.
Hoy enfrentamos desafíos internos y externos, pero nuestra victoria como pueblo no está en la uniformidad, sino en la capacidad de unirnos a pesar de nuestras diferencias. Cuando el pueblo judío enfrenta momentos de prueba, recordemos la lección del Mishkán. Cada hilo de esa cortina tenía su rol, pero juntos creaban un velo sagrado que permitía la conexión con Di-s. Que cada uno de nosotros, con nuestras particularidades, sumemos para fortalecer nuestra comunidad y nuestro pueblo.
Que aprendamos a ver en la diversidad no un obstáculo, sino el cimiento de una construcción sólida y eterna.
¡Shabbat Shalom! ¡Shalom al Yisra’el, Shalom al olam!
HaMoré Sergio Man
Febrero 2025