Shᵉmot 29:42 "Holocausto continuo para vuestras generaciones para vuestras generaciones, en la puerta de la Tiendade Reunión, delante del Eterno donde Me reuniré con ustedes allá para hablarte allí" עֹלַת תָּמִיד לְדֹרֹתֵיכֶם פֶּתַח אֹהֶל־מוֹעֵד לִפְנֵי יְהֹוָה אֲשֶׁר אִוָּעֵד לָכֶם שָׁמָּה לְדַבֵּר אֵלֶיךָ שָׁם׃
Di-s ordena un Olat Tamid, una ofrenda de ascensión continua que debía presentarse cada día, mañana y tarde, sin interrupción. Los jajamim explican que esta ofrenda simboliza la constancia en nuestra conexión con Di-s. No es suficiente acercarnos a Él en momentos específicos; la relación con lo sagrado requiere permanencia y renovación diaria.
Este korban mantenía abierto el canal de comunicación entre el pueblo y Di-s. La Torá nos enseña que no es Di-s quien se aleja de nosotros, sino nosotros quienes debemos hacer el esfuerzo de acercarnos a Él cada día, con constancia y devoción. En nuestra vida diaria, este mensaje es profundo.
Hay momentos de inspiración y fervor, pero también días de rutina, desafíos y cansancio. La ofrenda continua nos enseña que la espiritualidad no depende del estado de ánimo o las circunstancias, sino de la disciplina y el compromiso de alimentar nuestra conexión con Di-s todos los días. Así como el fuego del altar debía mantenerse encendido para que la ofrenda pudiera presentarse sin interrupción, nuestra alma necesita alimento constante: una tefilá con intención, una mitzvá hecha con amor, un aprendizaje que nos eleve.
Hoy, más que nunca, vemos cómo Israel mantiene su fuego interno ardiendo, a pesar de la guerra y la adversidad. La lucha contra Hamás nos recuerda que Am Israel nunca ha dejado de presentar su "Olat Tamid" ante Di-s: con el sacrificio de quienes defienden la tierra, con la fortaleza de las familias que resisten, con la unidad de un pueblo que no deja de ayudarse mutuamente. La historia nos ha demostrado que, cuando el enemigo busca extinguirnos, nuestra respuesta es más vida, más compromiso y más continuidad.
Este Shabbat es Shabbat Zakhor, cuando recordamos el mandato de no olvidar lo que nos hizo ‘Amalek.
‘Amalek representa el intento de destruir la santidad y apagar la fe. Sin embargo, en Purim, celebramos que el fuego nunca se extingue. Mordejai y Ester comprendieron que la verdadera resistencia no solo ocurre en el campo de batalla, sino en la reafirmación de nuestra identidad. No se conformaron con la seguridad personal, sino que lucharon por la continuidad del pueblo judío. Hoy, cada mitzvá que hacemos, cada acto de ahavat Israel, es nuestra manera de presentar nuestra propia ofrenda, asegurando que el vínculo con Di-s y nuestra identidad nunca se apaguen.
Que este Shabbat nos inspire a preguntarnos: ¿cómo puedo fortalecer mi compromiso con lo sagrado? No siempre necesitamos grandes gestos; a veces, un pequeño acto de bondad, una palabra de aliento o un instante de reflexión pueden ser suficientes para reavivar nuestra conexión. Que nunca falte el fuego de la esperanza, el entusiasmo y la conexión con lo sagrado en nuestras vidas. Y que el fuego del pueblo de Yisra’el siga ardiendo con fuerza, iluminando el camino hacia un futuro de paz y seguridad.
¡Shabbat Shalom! ¡Shalom al Yisra’el, Shalom al olam!
HaMoré Sergio Man
Marzo 2025