Vaikrá 19:35 "No harán iniquidad en el juicio, tanto en la medida como en el peso o en volumen" לֹא־תַעֲשׂוּ עָוֶל בַּמִּשְׁפָּט בַּמִּדָּה בַּמִּשְׁקָל וּבַמְּשׂוּרָה׃
La Torá nos enseña que la justicia no es solo para los jueces. Cada uno de nosotros es responsable de mantener una vida equilibrada, justa y sincera, ya que si las medidas con las que construimos nuestra vida son torcidas, el edificio entero tambalea.
En un mundo donde todo parece relativo, donde el "todo vale" se volvió moneda corriente, este mensaje es más urgente que nunca. Cuando la Torá se refiere a la medida, al peso y al volumen tiene por propósito enseñar que quien mide lo que vende es llamado "juez", porque si falsea la medida es como si pervirtiera la justicia y es llamado inicuo, odioso, repulsivo, anatema y abominación, las misma cinco características con las que se describe al juez de justicia. Porque la injusticia no ocurre solo en tribunales. Sucede cuando exageramos los errores ajenos y minimizamos los propios. Cuando reclamamos más de lo que damos. Cuando exigimos comprensión, pero ofrecemos juicio. Cuando nos volvemos imprecisos con la verdad o indiferentes a lo que el otro necesita.
Medir con justicia no es solo no hacer trampa. Es ser exactos con nuestra palabra. Ser honestos con lo que sentimos. No pesar con rencor ni medir con prejuicio. Tener la valentía de ser justos aunque nadie nos mire. Vivimos midiendo. Medimos tiempos, medimos logros, medimos lo que damos y lo que recibimos. Medimos palabras, favores, afecto, errores. Y sin darnos cuenta, a veces usamos una regla para los demás y otra distinta para nosotros. Esta sección de la Torá nos invita a revisar nuestras propias balanzas internas. Este es un llamado silencioso pero potente a vivir con integridad.
Cuando aprendemos a medir con justicia, también fortalecemos nuestra identidad y nos volvemos socios activos en la construcción de una vida más ética, más espiritual, más coherente. Una vida en la que lo que creemos, lo que decimos y lo que hacemos no están desconectados. El mundo necesita más justicia, pero no sólo en los grandes temas sociales, también en la vida diaria.
Necesitamos más personas que midan con honestidad, que pesen sus palabras, que valoren al otro con generosidad y sin doble vara. Este mensaje nos desafía a ser mejores, a no hacer trampa, ni siquiera en lo invisible. A no inclinarnos hacia lo cómodo, sino hacia lo correcto. Una vida significativa se edifica con palabras verdaderas, con actos coherentes y con medidas justas.
¡Shabbat Shalom! ¡Shalom al Yisra’el, Shalom al olam!
HaMoré Sergio Man
Mayo 2025