La parashá de esta semana comienza contando la historia del envío de emisarios a explorar la tierra de Canaán. Los "espías" - "meraglim", volviendo con un informe no muy favorable, relata la Torá que cuando le contaron al pueblo lo que habían encontrado, este comenzó a alarmarse y a proclamar volver a Egipto para no morir en el desierto. En ese momento Kaleb interrumpe con un comentario. Los Jajamim dicen que esta actitud fue para enfriar la discusión, consiguió aquietar la furia, arrancó el Ietzer Hará.
Al finalizar la parashá la Torá nos relata: "Éstos serán sus tzitzit, a fin de que los vean y recuerden todos los mandamientos del Eterno y los cumplan, y no exploren tras de sus corazones y tras de sus ojos, tras los cuales ustedes se pervierten". En algunos textos se traduce "no andarás tras tus impulsos", y hace alusión a lo que sentimos con el corazón y a lo que vemos con los ojos. Un poco la relación con el principio de la sección, si Kaleb no hubiera interceptado otro pudo haber sido el final. El impulso es el que debemos manejar, pensar antes de actuar, antes de hablar; ver cuánto puede repercutir nuestras palabras o peor aún nuestras acciones, aunque según cómo usemos las palabras pueden dañar más que una acción.
Esto marca el ciclo que relata esta parashá, parece no haber conexión en algunos versículos respecto al todo, pero si buscamos más a fondo encontraremos que todo está relacionado en una cosa, en el ser. Ser uno mismo, no dejarse identificar por sobre el otro, acompañar al otro pero viendo lo que nosotros sabemos que es correcto ver y no lo que nos dibujen, "no todo lo que brilla es oro".
Resumiendo, el mensaje que nos transmite Kaleb es, "¿Estas enojado? No actúes ante el primer impulso, tómate un tiempo, déjalo enfriar, piensa más, sé más reflexivo, no te apures. El enojo hace que desaparezca tu inteligencia. La furia posee tanta fuerza negativa, que es capaz de “quemar” toda la sabiduría y la inteligencia de la persona que se enfurece. No hay diferencia si el que se enfurece es con razón y sin ella. Todo el que se enoja oscurece la luz de la sabiduría de su alma".
Shabbat Shalom
Sergio Man