Ieshaiahu (Isaías) 49:14 - 51:3
Esta semana leeremos la segunda de las siete haftarot de consuelo seleccionadas del libro del profeta Ieshaiahu. En los versículos anteriores del libro del profeta, encontramos recordada la histórica función del pueblo de Israel sobre la tierra. Allí es relatado cómo le fue delegada al pueblo de Israel la función de traer luz y libertad a los pueblos del mundo, para construir un camino de paz entre las naciones, que preparará el terreno para un posterior asentamiento del reino de D'os sobre la tierra.
También Ieshaiahu profetiza acerca del futuro retorno de los hijos de Israel a la tierra de sus antepasados - pues hasta ese momento estarían dispersos por los cuatro rincones del mundo. Cuando ese regreso masivo ocurra, entonces ya no escucharemos más las quejas de la "madre Tzión", que solía decir:
"Dijo Tzión: Me ha abandonado D'os y mi Señor me ha olvidado" (49:14)
De acuerdo con Rabí Abraham Ibn Ezra (1102 - 1167) la "madre Tzión" representa al conjunto del pueblo de Israel que estaba llorando porque sus hijos - los hijos de Israel - estaban lejos de ella, en el exilio; pero la opinión del Radak (Rabí David Kimji, 1160 - 1235) es que la "madre Tzión", más bien hace referencia a la ciudad de Jerusalem (y en más grandes proporciones - a la tierra de Israel), que quedó desolada sin que la mayoría de sus hijos habiten en ella.
"He aquí que sobre las palmas (de Mis manos) te he tallado, tus murallas están delante Mío permanentemente" (49:16)
El Rav Mendel Hirsh en su libro "Séder Hahaftarot" nos explica que a través de estas palabras ilustrativas, D'os le quiere mostrar al pueblo de Israel la centralidad que tiene su lugar en la historia del mundo. Hay una diferencia grande entre la palma de una mano y la mano en sí. La mano representa la acción, el poder de obrar, pero la palma de la mano representa la posesión de cosas, pues a través de ella podemos asir distintos elementos. D'os le quiso mostrar al pueblo de Israel que entre todas las posesiones que Él cuida en función de la humanidad toda, nosotros ocupamos el lugar más importante.
Las "murallas de Tzión" representan todos los elementos que D'os nos dió como pueblo para autodefendernos. Esto encierra el aseguramiento de consuelo infinito que recibieron y recibirán todos los que acepten el desafío de cuidar y cumplir la Torá - a pesar de las circunstancias adversas que puedan provocar los distintos tiempos cambiantes. El aseguramiento consiste en que la Torá - el alma de vida de Tzión - jamás será olvidada ni podrá ser malentendida, sino que todo lo contrario, ella será concretizada y todos tendrán conocimiento de ella algún día.
Si prestáramos atención, veríamos lo triste que es la situación del pueblo de Israel respecto de este tema, incluso hasta el día de hoy. Cuán minúsculo es el entendimiento claro de la esencia del judaísmo, incluso entre amplios grupos de judíos y judías con cierto grado de tradición! Si observáramos qué grado de contrariedad y desconfianza por parte de las personas, encuentran delante de ellos quienes tienen el valor de erguirse en favor de la Torá, entonces se aclararía delante de nosotros el completo entendimiento de este aseguramiento. Entonces llegaría hasta nuestros corazones el llamado del profeta - en nombre de D'os - de permanecer inamovibles en nuestras convicciones a pesar de los obstáculos, pues si realmente nos levantaremos como una muralla para defender y proteger a Tzión, estaremos bajo la protección de "los ojos de D'os" - que estarán permanentemente abiertos sobre nosotros.
Shabbat Shalom