Heredamos por tradición, aunque sin conocer de quien, que cuando uno reza mira hacia y dirige sus oraciones, plegarias, pensamientos, miradas al cielo; los bebés "vienen del cielo", cuando alguien muere "se va al cielo". El cielo está arriba, rige lo superior, lo supremo. También el agua viene del cielo tras las lluvias, y el agua es esencial para la vida del suelo; el suelo encuentra el agua directamente con la lluvia o a través de las plantas, que también ayudan a mantener la humedad del suelo gracias a la cobertura de sus hojas; el agua en su justa medida es bueno, para algunos es bendición y para otros maldición, siempre depende de cómo uno lo percibe, cuándo y dónde.

 

Así también la Torá nos dice:

 

"Y el Eterno había hecho llover sobre Sdom y sobre Amorá azufre y fuego, de parte del Eterno, desde los cielos" (Bereshit 19:24)

 

Rashi nos trae a colación un versículo de Iob 36:31 "A través de ellos [los cielos, Di-s] juzga a los pueblos...".

Cuando Di-s castiga a la humanidad, trae sobre ellos fuego del cielo, como lo hizo con Sdom. Pero no sólo para castigar utiliza como medio al cielo, sino también cuando hizo descender el maná lo hizo a través del cielo, como está escrito en Shmot 26:4 "He aquí que Yo haré llover para ustedes pan del cielo".

Rashi agrega esto para enfatizar que "el cielo" constituye tanto el origen de la recompensa como del castigo al ser humano.