"Hizo el candelabro de oro puro. Trabajado a martillo hizo el candelabro, su base y su eje; sus copas, cálices y pétalos eran de una sola pieza" (Shmot 37:17)
No existe nada que sea netamente malo o bueno en este mundo, es una cuestión de cómo se utiliza, como por ejemplo aquí el oro. Recordemos que la semana pasada estudiamos sobre el becerro de oro, aquella deidad que, ante la incertidumbre de un Moshé ausente, nació por deseo de los israelitas de tener alguien a quien seguir.
El mismo oro que se usó para idolatría, también se usó para recubrir el Arca y para construir la Menorah. Dos símbolos que durante la estadía en el desierto estaban a la visión del pueblo. El Arca tenían que transportarlo, y al estar cubierto de oro imagino se notaba su peso, y la Menorah que siempre debía estar encendida, conlleva un cuidado permanente.
A su vez al inicio de la primera de las parashiot de esta semana se nos menciona el cuidado del Shabbat y de determinados elementos que debían separar (y donar) para el Eterno destinado (en otras palabras cuidado) para las vestimentas del Kohen, para los sacrificios y para la Menorah.
Por lo tanto, considero la enseñanza que cuando usamos las cosas de forma cuidada y consciente, lo destinamos para el bien. Como dice Pikei Avot (5:20): Toda controversia entablada en nombre del Cielo - leshem shamaim - lograrán resultados permanentes.
Que el oro, considerado algo extremadamente valioso, sea en nuestras vidas visualizado tanto en las palabras como en lo material, para que así sean utilizadas para construir algo positivo.
Shabbat Shalom
Tec. Sergio Man
baal tefilá y baal koré
Marzo 2021