"Si una persona tuviese en la piel de su carne una mancha clara, una mancha blanquecina o una mancha brillante, y se convirtiese en afección de tzaraat en la piel de su carne... afección de tzaraat es, el kohen lo mirará y lo declarará impuro." Vaikra 13:2-3.
La lectura de esta semana une dos porciones, ambas relacionadas.
En la primera, la sección de Tazría, comienza hablado de purezas e impurezas en la mujer tras el nacimiento de un hijo o hija y finaliza en la segunda sección, de Metzorá, haciendo referencia a la pureza e impureza de fluidos seminales o de sangre en el hombre y la mujer. Estas situaciones humanas reflejadas en acciones espirituales, enseñanzas de cómo cuidar nuestro cuerpo y elevarlo a lo santificado. Ambas secciones con un hilo conductor y cíclico, empieza y termina con situaciones humanas.
En el medio de esta conexión hay una larga sección de impureza en el cuerpo humano, la mencionada en la cita que corresponde a la primera sección, el tzaraat, una afección de la piel que la Torá no aclara qué es, que no dice por qué se produce, pero sí sabemos que la persona afectada tenía que aislarse y sus ropas o pertenencias tenían que ser lavadas o quemadas. En tanto la segunda sección, Metzorá, se refiere a la purificación, a la curación de este tipo de enfermedad, justamente la palabra metzorá hace referencia a aquella persona que tenía esta afección.
La conexión de estas dos parashiot, es que en el medio de ambas se indica cómo reconocer el tzaraat y cómo actuar frente a esto, y la otra nos dice cómo hacer para curarlo.
Las interpretaciones, basadas en otras secciones de la Torá, nos dicen que esta enfermedad estaba ligada con el habla, en realidad con el mal habla, lo que conocemos como el lashón hará - el mal hablar, la habladuría, el chusmerío -, esa acción que destruye a un otro con la palabra. Hay un concepto que dice no hay peor arma que nuestras palabras, porque así como un cuchillo, una pistola o cualquier otra arma física puede herir mortalmente de forma visible, una palabra puede herir psicológicamente, de manera invisible, y convertirse en algo visible con el tiempo o con otras acciones.
En esta semana donde la pandemia del COVID hizo que en nuestro país (Argentina) se tomaran medidas extremas de un día para otro da a replantear lo que se habló el año pasado cuando esto recién estaba empezando, ¿qué hizo esta generación para traer una pandemia que nos alejara, que nos pidiera distanciamiento?, en la antigüedad, en la generación del desierto no sabemos qué enfermedades habían, o si la gente moría por ancianidad, o si habían enfermedades cómo la del tzaraat que provocara la muerte, ni sabemos o conocemos cómo se curaban, pues esta generación tenía la protección directa de Di-s, y eran los kohanim los mismos médicos. Cuarenta años en el desierto, es impensable hoy comprender esa forma de vida, sabiendo por documentos históricos que habían algunas ciudades o pueblos con métodos naturales, y más allá de esa generación puntual, todas las generaciones anteriores que no tenían los avances médicos, científicos y tecnológicos como los tenemos hoy.
Esta lectura da para reflexionar, para aprovechar a mirar nuestro mundo y nuestro entorno, nuestro círculo y de nuestros próximos. Si seríamos más conscientes y solidarios quizá no haría falta que nos recuerden todo el tiempo "cuidate", "cuida a tus seres queridos", "cuida a tus cercanos", "sé responsable". O recordar año tras año nuestra historia pasada, para poder vivir un mejor futuro.
La Torá es un libro de vida, hay cosas que se hacían diferente hace miles de años atrás, pero la vida es cíclica y hoy nos toca vivir algo similar que se vivió en otros tiempos pero más evolucionados, es mi deseo que esa evolución traiga más conciencia y más soluciones que problemas.
Shabbat Shalom
Tec. Sergio Man - baal tefilá y baal koré
Abril 2021