וַיֹּאמֶר יְהֹוָה לֹא־יָדוֹן רוּחִי בָאָדָם לְעֹלָם בְּשַׁגַּם הוּא בָשָׂר וְהָיוּ יָמָיו מֵאָה וְעֶשְׂרִים שָׁנָה
"Y dijo el Eterno: no permanecerá Mi espíritu a causa del hombre para siempre, porque también él es carne; y serán sus días ciento veinte años".
Bereshit 6:3
La Torá no es un libro de historia con una sucesión de eventos cronológicos, hay excepciones donde "no hay un antes y un después". Aquí se nos cita: "y serán sus días...", según Rashí hace alusión que "hasta 120 años Di-s prolongará Su paciencia por ellos [la humanidad], pero si no se retornan [no se arrepienten de sus malas acciones] Él les traerá sobre ellos el Diluvio".
Sabiendo que la historia del diluvio que vino por sobre la humanidad se nos menciona más adelante, de hecho es parte de la parashá siguiente y no de esta, aquí se nos adelanta una decisión, Rashí agrega "Si dices que entre el nacimiento de Iafet [hijo de Noaj] y el diluvio únicamente hay cien años... ello indica que Di-s ya había promulgado el decreto veinte años antes de que Nóaj procreara hijos".
Nos cuenta Rabbeinu Bahya en su comentario a este pasuk que "la Torá declara que también el hombre es carne בְּשַׁגַּם הוּא בָשָׂר - beshagam hu basar -, al igual que los animales que deambulan por la tierra, ya sean mamíferos, pájaros o lo que sea. Di-s lamenta el hecho de que Su espíritu, el alma, se haya dejado esclavizar por los aspectos físicos de la vida", por lo tanto decreta un tiempo determinado para se arrepienta, pues sigue explicando Rabbeinu Bahya: "Él extenderá Su paciencia y permitirá vivir al hombre ciento veinte años dentro de los cuales se arrepienta antes de decretar un diluvio cuando perezca".
Cuando aquí se menciona el diluvio, se hace de forma anticipada al hecho que sucederá en los próximos capítulos de la parashá siguiente, pues así también es la opinión de Onkelos, Ibn Hezra y Sforno: "Di-s a través de Midat harajamim מידת הרחמים - Misericordia Divina - persevera, dando una oportunidad más al hombre. Pero en este caso hay una decisión: La humanidad tendrá un plazo de ciento veinte años para un cambio de actitud. Esto se refiere a los días de la humanidad y no a los del individuo en particular, para tratar de reparar el daño causado", pues entre los versículos 5 al 7 se nos dice que "la maldad del hombre era grande" y por esta razón El Eterno pensó en desintegrar al hombre que había creado hasta que apareció Noaj, un hombre íntegro en su época con quien Di-s intentó apaciguar el mal pero ante la negación de los hombres trae un diluvio para cumplir su palabra.
Como dice Radak: "No sabemos el significado especial del número 120. Esta fue la decisión arbitraria de Di-s.", pero misteriosamente ninguna figura bíblica vivió menos de 120 hasta que finalizaron los días de Moshe Rabeinu, pues hasta este época el más longevo fue Metushelaj (Matusalem) con 989 años y el último fue Aaron HaKohen HaGadol que vivió 123 años.
No somos más o menos que cualquier otro ser vivo en la Tierra, somos seres a imagen divina, pero nuestra vida es fugaz y efímera, sólo un camino es el que Di-s quiere para nosotros, elegir el bien ante sus ojos, que elijamos servirlo a Él con sinceridad, que elijamos ayudar al necesitado, que elijamos la vida y la valoremos.
Shabbat Shalom
Tec. Sergio Man
Baal Tefilá, Baal Koré, Baal Tokea, Talmid de Melamed (VHH)
Octubre 2021