Con la Parashá de esta semana y este pasuk damos por finalizado el Sefer Vaikrá.

Nuestros sabios en Sifra Bejukotai 13,7 usan estas palabras (Ele hamitzvot - estos son los mandamientos) como base para el principio de que ningún profeta puede agregar (permanentemente) otro mandamiento a la Torah además de los que han sido registrados, entendiendo las palabras "Ashér tzivá Adon-i et-Moshé" como una pista de que Di-s no necesitaba ningún mensajero más allá de Moshé para comunicar Sus leyes al pueblo. La palabra "Ele" aquí tiene la connotación de señalar algo que perdura indefinidamente.

Las palabras "El-benei Israel" se entienden como "una oportunidad para que los israelitas adquieran méritos mediante el cumplimiento de los mandamientos". Finalmente, las palabras "Behar Sinai" son un recordatorio de que todos estos mandamientos fueron promulgados justamente en el Monte Sinaí.

Pensemos lo siguiente. Si nosotros le pedimos a alguien que antes de que se le permita conducir asista a la escuela de conductores, o a la escuela de aviación antes de que se le permita volar, ¿por qué no requerimos que cada ser humano asista a una "escuela de vida"? Nuestra manera de encarar la vida es "aprender mientras se vive, la experiencia enseñará". Todos nosotros reconocemos que para conducir o para volar esto sería una receta para el "desastre". Entonces, ¿nos deberíamos sorprender cuando esta filosofía aplicada a la vida produce colisiones frontales y aterrizajes de emergencia? Esta Parashá y la anterior, que algunos años se leen juntas, nos termina de enseñar leyes para la sociedad, para una sociedad que había estado inmersa en la esclavitud egipcia por varios años. Salieron al desierto sin una brújula, sin un destino bien marcado ni, mucho menos, con una norma que cumplir. Fueron haciéndose a medida que la vida los llevaba por el desierto. Fueron haciéndose mientras Di-s les dictaba a través de Moshé Rabenu normas y leyes de convivencia y de vida.

Hoy seguimos teniendo leyes y mandatos sociales, hay una legislación local que quizás no todos conozcamos o entendamos, pero que nos lo son transmitidas de alguna manera. Nosotros hoy vivimos por inercia de la generación anterior y somos producto del pasado, que hacemos lo que podemos con lo heredado en el presente, para transmitir al futuro esa herencia o transformarla.

Las leyes de la Torah son un legado, quizá en pleno siglo XXI muchas no tengan sentido literal, pero si las estudiamos y logramos encontrar el objetivo de cada uno según la costumbre de esa época bíblica, podamos darnos cuenta que la Torah es eterna y cada palabra transmite y enseña algo a cada generación. Sin legislación, sin consenso social, el mundo se habría destruido sólo desde hace mucho tiempo.

¡Jazak Jazak venitjazek!

Shabbat Shalom
Tec. Sergio Man
Baal Tefilá, Baal Koré, Baal Tokea, Talmid de Melamed (VHH)
Mayo 2022