¿Cuántas veces sentimos que las tareas que tenemos o nos asignan nos superan? ¿Solemos pedir ayuda o simplemente tomamos las opciones de abandonar o continuar a pesar de la opresión?

Aquí Moshé se encontró en un momento ya avanzado de cansancio. El líder del pueblo no sabía cómo responderles. Di-s se había enfurecido con ellos por tantos pretextos en medio de la travesía del desierto y Moshé lo enfrenta para morir junto con ellos si la situación no cambiaba.

En realidad, en otras palabras, como explica Sforno, Moshé le está diciendo a Di-s: "Tendrás que proporcionarme asistentes que me permitan llevar esta carga", y ahí es cuando Di-s le dice a Moshé que tome setenta varones de los ancianos de Israel, que a ellos les daría fortaleza para que portaran juntos "la carga del pueblo" (Bem. 11:18).

"Najmánides escribe que Moshé no pidió que los ancianos se convirtieran en sus asistentes en el suministro de carne para el pueblo, porque ¿de dónde la tomarían? Además, era muy consciente de que aunque se nombrara a un gran número de proveedores, siempre que encontraran motivos para quejarse, estas quejas continuarían dirigiéndose a él, ya que había sido él quien los había sacado de Egipto, y la fuente de todas sus quejas siempre se remontaba a ese evento. Lo que Moshé esperaba lograr al nombrar a los ancianos era que si el pueblo tenía varios líderes, para cuando las quejas le fueran transmitidas si resultaban más allá de la competencia de los ancianos para tratarlas, la ira y la furia del pueblo se disiparían. haberse gastado al menos parcialmente al ver que los ancianos habrían tratado de mitigar su ira y frustración. También es posible que Moshé pensara que una vez que el pueblo descubriera que los ancianos poseían espíritu santo y podían profetizar, mostrarían lealtad a estos profetas y no lo atacarían como tenían por costumbre. Por lo tanto, exigirían de estos ancianos divinamente inspirados que satisficieran sus diversos antojos", Tur HaAroch.

Aquí Moisés reveló sus propios deseos al respecto. Le dijo a Di-s que su negativa a llevar la carga por sí mismo no se debía a una falta de buena voluntad para llevar a cabo la tarea de Di-s, sino que era debido a su convicción de que estaba más allá de su capacidad para hacerlo (Or Hajaim).

Una vez más la Torah y Moshé nos enseñan que no siempre nos corresponde acarrear con todo, que tenemos que poder delegar y tener alguien en quien confiar. Como los sabios nos enseñan, no es que en la reacción de Moshé había mala voluntad, sino había una gran retención de sucesiones que explotan, como lo hacemos cada uno de nosotros, con palabras hirientes contra el ser más cercano. Este es un relato tan humano como cualquier situación de la realidad, quizá muchos ya se olvidaron de las cosas que se quejaban antes de la pandemia del COVID-19, hasta incluso muchos ya se habrán olvidado que no hace más de 2 años se quejaban por cada situación que nos acarreó ese virus, por el encierro, por los cambios sociales y sanitarios, porque no había vacuna o se la veía lejos, cuando hubo vacuna que no sabemos qué segura es ni porque los gobiernos se peleaban por decidir cuál era la mejor "para comprar", ahora nos quejamos de otras cosas, y así todo cambia pero a la vez sigue igual.

"El punto común de nuestras quejas pareciera ser que pese a que sentimos que hay un camino mejor, un camino de confianza, una Tierra Prometida a la que aspiramos merecer y habitar, nuestro compromiso se ve constantemente obstaculizado por nuestra resistencia, nuestra mezquindad, nuestra impotencia aprendida" (Rabino MEd. Ruben Najmanovich).

Cada momento, cada instante para cada uno de nosotros es una oportunidad de levantar la vista de las preocupaciones y ver adónde nos lleva este viaje en el que nos encontramos o que elegimos, ahora es tiempo y momento de Shabbat, momento de empezar por nosotros mismos.

Shabbat Shalom
Tec. Sergio Man
Baal Tefilá, Baal Koré, Baal Tokea, Talmid de Melamed (VHH)
Junio 2022