Vayyikra 7:16 "Si fuere por una promesa o donación el sacrificio de su ofrenda, en el día que presentare su sacrificio será comido...וְאִם־נֶדֶר אוֹ נְדָבָה זֶבַח קׇרְבָּנוֹ בְּיוֹם הַקְרִיבוֹ אֶת־זִבְחוֹ יֵאָכֵל…"
A menudo nos sumergimos en nuestras ocupaciones y preocupaciones diarias, olvidamos tomarnos un tiempo para agradecer y reconocer las bendiciones que recibimos. Reflexionemos sobre la importancia de la gratitud y la conexión espiritual en nuestra vida cotidiana. La práctica del agradecimiento y reconocimiento puede traernos alegría y paz a nuestras vidas, al igual que las ofrendas de paz en la época bíblica buscaban establecer una relación armoniosa con Di-s.
Parte de la esencia de la gratitud es que reconoce que no somos los únicos autores de lo bueno en nuestras vidas. El agradecimiento tiene una conexión interna con la humildad. Reconoce que lo que somos y lo que tenemos se lo debemos a los demás y, sobre todo, a Di-s.
La ofrenda voluntaria es un acto de devoción y gratitud hacia Di-s, hoy se refleja en un rezo espontáneo que hagamos durante el día, una alabanza, un pedido, un agredecimiento. A diferencia de otros sacrificios que podrían ser obligatorios o relacionados con algún voto específico, la ofrenda voluntaria surge del corazón del individuo como una expresión espontánea de agradecimiento por las bendiciones recibidas. Esto mismo es el texto denominado "‘Amida" o "Shᵉmone ‘esre" (las 18 bendiciones), tenemos establecidos recitar esto 3 veces obligatorias por día, y después tenemos la opción de agregar nuestros propios rezos personales.
La riqueza que nuestra tradición nos transmite, ese ejercicio de todos los días, al levantarnos agradecer por despertar, al higienizarnos agradecer porque nuestro cuerpo funciona según lo esperado, al hacer cada acción por la mañana agradecemos por todo lo que tenemos, y en cada momento de rezo o de oportunidad los sabios establecieron un texto que nos inspira a ser conscientes y agradecidos. Así se conforma la oración judía como continua de gratitud, estas son las bendiciones de la mañana dichas al comienzo de cada día, que forman una letanía de acción de gracias por la vida misma: por el cuerpo humano, el mundo físico, la tierra donde pararse y los ojos para ver, entre otros.
En nuestros días, la ofrenda voluntaria puede interpretarse, además de esos rezos personales, metafóricamente en cualquier acto de generosidad y servicio desinteresado hacia los demás, hacia el prójimo. Al igual que las ofrendas antiguas, nuestras acciones voluntarias pueden surgir de un corazón agradecido que reconoce las bendiciones que hemos recibido y busca compartir esas bendiciones con los demás.
La gratitud, entonces, se convierte en la fuerza impulsora detrás de nuestras ofrendas voluntarias. Cuando estamos verdaderamente agradecidos por lo que tenemos, naturalmente queremos devolver algo al mundo y a quienes nos rodean. Esta gratitud nos inspira a ser generosos, compasivos y serviciales, creando un ciclo de bondad que beneficia tanto a quienes reciben como a quienes dan. Además, la práctica de la gratitud y la ofrenda voluntaria no solo beneficia a los demás, sino que también enriquece nuestras propias vidas. Al centrarnos en lo que tenemos en lugar de lo que nos falta, cultivamos una mentalidad de abundancia que nos permite experimentar una mayor satisfacción y plenitud.
En resumen, la conexión entre la gratitud y la ofrenda voluntaria radica en el reconocimiento de las bendiciones recibidas y el deseo de compartir esas bendiciones con los demás. Al practicar la gratitud y ofrecer nuestro tiempo, energía y recursos de manera desinteresada, no solo fortalecemos nuestras relaciones con los demás, sino que también enriquecemos nuestras propias vidas al vivir desde un lugar de generosidad y aprecio.
Tenemos que hacer esta ofrenda a diario, ese es el sacrificio voluntario, una promesa para nuestro cuerpo de ver los pequeños milagros que nos rodean.
¿Te has tomado un instante en tu día para decir gracias?
¡Shabbat Shalom! ¡Shalom al Yisra’el, Shalom al olam!
Moré Sergio Man
Ba‘al tᵉfilla, Ba‘al Kore, Ba‘al Tokea‘, Melamed (VHH)
Marzo 2024