Vayyikra 19:18 "No te vengarás, no guardarás rencor a los hijos de tu pueblo. Y amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Eterno. לֹֽא־תִקֹּ֤ם וְלֹֽא־תִטֹּר֙ אֶת־בְּנֵ֣י עַמֶּ֔ךָ וְאָֽהַבְתָּ֥ לְרֵעֲךָ֖ כָּמֹ֑וךָ אֲנִ֖י יְהוָֽה׃"
Uno de los motivos por los cuales fue destruido el segundo Beit Hamikdash en el año 70 de la era común fue por la desunión del pueblo, el no respetarse mutuamente. Como dice José Hernández en el Martín Fierro: "Los hermanos sean unidos, porque ésa es la ley primera; tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean los devoran los de ajuera", y así fue como los romanos aprovecharon esa desunión y ese debilitamiento interno y destruyeron el gran templo.
Otro ejemplo también de la misma época son los 12 mil pares de alumnos de Rabí Akiva que, según cuenta la guemará, fallecieron en un periodo entre Pésaj y Shavuot porque no se honraban los unos a los otros, se envidiaban entre ellos.
En la sección de la Torá de esta semana leeremos el famoso versículo por el cuál justamente Rabí Akiva resumió toda la Torá: Amarás a tu prójimo como a ti mismo - vehavta lereaja kamoja -. Lo primero es aceptarnos y respetarnos a nosotros mismos. Si algo debemos aprender de estos sucesos, y más hoy en nuestros días con los acontecimientos de antisemitismo expuesto, es la empatía, la tolerancia y el respeto por el otro.
¡Shabbat Shalom! ¡Shalom al Yisra’el, Shalom al olam!
Moré Sergio Man
Mayo 2024