Bᵉmidbar 14:20 "Y dijo el Eterno, he perdonado según tu palabra. וַיֹּאמֶר יְהֹוָה סָלַחְתִּי כִּדְבָרֶךָ׃"

Esta frase que la cantamos en Yom Kippur tiene su origen en el asunto por la desilusión que Di-s se llevó ante la falta de fe de los hijos de Yisra’el, pero la ubicación histórica en la que nos encontramos es Tish‘a bᵉ’av.

Nos cuenta el Talmud en Taanit 29a que el día que los exploradores regresaron con su mensaje sobre ’Eretz Kᵉna‘an fue un 9 de Av, 1 año, 5 meses y 9 días desde la salida de Egipto. Esa noche el pueblo lloró, clamaron y se quejaron frente a Moshe y ’Ahᵃron preguntándose por qué Di-s los llevaría a una tierra donde los matarían, pidieron volver a Egipto, no confiaron en el Di-s que los llevó milagrosamente hasta ese lugar, se olvidaron lo que ocurrió en Egipto, se olvidaron del mensaje en el Monte Sinaí, no reconocieron ante quién se encontraban. "Y nos dice Rabba, que Rabí Yoḥanan dijo: Esa noche era la noche del nueve de Av. El Santo, Bendito Sea, les dijo: Lloraron innecesariamente aquella noche, y por eso estableceré para ustedes una verdadera tragedia por la cual habrá llanto en las generaciones futuras" (Taanit.29a.7).

Di-s decide drásticamente acabar con los miembros de los hijos de Yisra’el y le dice a Moshé que comenzará con él un nuevo pueblo, sin embargo, cómo pastor de un gran rebaño, intercede y le muestra cómo se vería de mal ante los ojos de los demás que suceda esto y suplica el perdón divino ante la congregación. Allí es cuando rogando ante Su gran bondad, como ya había perdonado al pueblo, vuelva a aplicar su perdón ahora, y así lo ha hecho, sin embargo no fue de forma gratuita, a causa de esta acción de no fe dictamina que esa generación no va a ingresar y por cada día que los exploradores estuvieron investigando la tierra se convertiría en un año, 40 años en el desierto, haciendo que aquella generación muriera allí en el desierto, y recién cuando una nueva generación de creyentes pudiera nacer, estarían preparados para ingresar a conquistar la tierra destino de su camino.

No debemos subestimar el poder del perdón y la intercesión. A pesar de nuestras faltas y desafíos diarios, siempre hay una oportunidad para regresar, reflexionar y pedir perdón. En nuestra era moderna, donde las tareas diarias pueden parecer abrumadoras, recordemos que cada acción cuenta y marca. Pensemos antes de hablar o actuar, y hablemos y actuemos rápido cuando cometamos equivocaciones.

Aquí tenemos acción-consecuencia, nos da Di-s una segunda oportunidad, aquella generación no va a poder vivir, pero deseo que seamos nosotros, nuestra generación los que sí podamos vivir lo que cosechamos, que podamos transitar este Shabbat con un pensamiento positivo y que seamos quienes construyamos creencia, construcción para que este pueblo siga viviendo.

‘Am Yisra’el ḥai

¡Shabbat Shalom! ¡Shalom al Yisra’el, Shalom al olam!

Moré Sergio Man
Junio 2024