Bᵉmidbar 20:10 "Reunieron Moshé y Aharón a la congregación frente a la roca y dijo a ellos: Oigan ahora los rebeldes, ¿acaso de esta roca nosotros sacaremos para ustedes agua? וַיַּקְהִלוּ מֹשֶׁה וְאַהֲרֹן אֶת־הַקָּהָל אֶל־פְּנֵי הַסָּלַע וַיֹּאמֶר לָהֶם שִׁמְעוּ־נָא הַמֹּרִים הֲמִן־הַסֶּלַע הַזֶּה נוֹצִיא לָכֶם מָיִם׃"
Es importante comprender que Moshé, a pesar de ser un profeta elegido por Di-s, era un ser humano con emociones y debilidades. En este caso, la frustración acumulada por el constante descontento del pueblo, sumado a la reciente pérdida de su hermana, lo llevaron a actuar de manera impulsiva y desobedecer las instrucciones divinas.
En nuestras propias vidas, es común experimentar momentos de frustración, enojo e incluso ira. Al igual que Moshé, estas emociones pueden surgir de situaciones difíciles, la presión constante o la falta de control sobre las circunstancias. Sin embargo, es importante recordar que, al igual que Moshé, somos humanos y que nuestras reacciones no siempre son perfectas. En el Talmud, se enseña que la paciencia es una de las cualidades más importantes que debe cultivar una persona. Moshé utiliza la palabra "rebeldes", que también puede traducirse como "desobedientes", y puede interpretarse como un llamado de atención. Moshé, al usar este término fuerte, buscaba sacudir al pueblo de su apatía y hacerles recapacitar sobre su comportamiento.
Reflexionemos en dos ámbitos de nuestras vidas: En la Familia, por un lado, es común que la cercanía y la confianza permitan que nuestras emociones salgan a flote con mayor facilidad. Sin embargo, es precisamente en estos momentos donde la paciencia y la comprensión son más necesarias. La reacción de Moshé nos recuerda la importancia de no dejarnos llevar por la frustración y de buscar maneras más constructivas de abordar los conflictos. Por otro lado, en el ámbito laboral, las presiones y las demandas pueden generar un ambiente propenso a la irritabilidad y el descontento. Moshé, enfrentado a la queja constante del pueblo, nos enseña que incluso los líderes más grandes pueden tener momentos de debilidad. No obstante, también nos muestra que nuestras palabras y acciones tienen un impacto significativo en aquellos a quienes lideramos o con quienes trabajamos. La paciencia, el respeto y la comunicación efectiva son clave para mantener un ambiente de trabajo armonioso.
Debemos reconocer que la ira y la frustración son emociones humanas naturales, pero que es importante gestionarlas de manera adecuada. En segundo lugar, debemos cultivar la paciencia, tanto con nosotros mismos como con los demás. La paciencia nos permite afrontar las dificultades con serenidad, mantener la fe en Di-s y actuar con sabiduría. Al reconocer nuestras debilidades y aprender de los errores, podemos cultivar virtudes que nos ayudarán a afrontar las dificultades de la vida con mayor sabiduría y templanza.
‘Am Yisra’el ḥai
¡Shabbat Shalom! ¡Shalom al Yisra’el, Shalom al olam!
Moré Sergio Man
Julio 2024