Bᵉmidbar 22:9 "Y vino Di-s a Bilam y dijo, ¿quiénes son estos hombres que están contigo וַיָּבֹא אֱלֹהִים אֶל־בִּלְעָם וַיֹּאמֶר מִי הָאֲנָשִׁים הָאֵלֶּה עִמָּךְ׃"
En Parashá Balak, encontramos un momento intrigante cuando Di-s le pregunta a Bilam: "¿Quiénes son estos hombres que están contigo?". Sabemos que Di-s conoce todas las cosas, así que, ¿por qué haría esta pregunta?
La pregunta de Di-s no es para obtener información, sino para desconcertar a Bilam y revelarle una lección más profunda. Al preguntarle, Di-s expone la verdadera intención y actitud de Bilam. Si Bilam pensara que Di-s no conocía a estos hombres, podría concluir que Di-s no es omnisciente y que hay momentos en los que puede actuar sin ser visto.
Esto refleja una enseñanza crucial: el poder del habla y la intención detrás de nuestras palabras y acciones. Bilam, conocido por su habilidad de maldecir y bendecir con palabras, se enfrenta aquí a una demostración del verdadero poder y conocimiento divino. Di-s usa esta oportunidad para mostrarle a Bilam que nada escapa a Su conocimiento y que cualquier intento de actuar en contra de Su voluntad será inútil.
Este episodio nos recuerda que nuestras palabras y acciones siempre están bajo el escrutinio divino. Así como Di-s frustró los planes de Bilam, transformando maldiciones en bendiciones, debemos ser conscientes de que nuestras intenciones y palabras tienen un impacto profundo. Di-s guía y dirige el destino, y nuestras acciones deben alinearse con Su voluntad para generar bendiciones en nuestras vidas y en las de los demás.
Podemos comparar esta situación con los clásicos dibujos animados del Coyote y el Correcaminos. El Coyote, como Balak, constantemente planifica trampas para atrapar al Correcaminos. Pero, al igual que las maldiciones de Bilam, las trampas del Coyote siempre fallan y se vuelven en su contra. El Correcaminos, por otro lado, sigue avanzando sin inmutarse, representando la resiliencia y la capacidad de superar obstáculos. Así como el Correcaminos nunca se detiene a pesar de los intentos del Coyote, el pueblo de Israel sigue adelante a pesar de los intentos de maldición. Debemos recordar que nuestra fe y nuestras acciones positivas pueden superar cualquier obstáculo. Las fuerzas mayores que guían nuestro destino, como la intervención divina en la historia de Bilam, nos muestran que el bien prevalece cuando actuamos con integridad y bondad.
Al reflexionar sobre esta historia, recordamos que la verdadera superación y poder de la palabra radica en su alineación con la verdad y la justicia divina. Tal como el Coyote nunca logra atrapar al Correcaminos debido a sus intenciones engañosas, cualquier intento de maldad o manipulación se volverá en contra del perpetrador cuando confrontamos la omnisciencia y justicia divina.
En nuestra vida, las palabras tienen un poder inmenso. Pueden construir o destruir, bendecir o maldecir. Es crucial usar nuestro habla para edificar y apoyar a los demás, conscientes de que nuestras palabras tienen el poder de transformar realidades.
‘Am Yisra’el ḥai
¡Shabbat Shalom! ¡Shalom al Yisra’el, Shalom al olam!
Moré Sergio Man
Julio 2024