Dᵉvarim 23:22 "Cuando prometas un voto al Eterno, tu Di-s, no tardes en pagarlo... כִּי־תִדֹּר נֶדֶר לַיהֹוָה אֱלֹהֶיךָ לֹא תְאַחֵר לְשַׁלְּמוֹ"
Esta semana Moshé nos recuerda sobre el uso de nuestras promesas y la importancia de cumplirlas. Esta cita nos invita a reflexionar profunda y especialmente en este momento del año, cuando nos encontramos en el mes de Elul, el tiempo de introspección y preparación para los Iamim Noraim.
Durante Elul, estamos llamados a revisar nuestras acciones, nuestras palabras, y los compromisos que hemos asumido a lo largo del año. Este proceso culmina en Iom Kippur, el día en que buscamos expiación por nuestros errores, y es precisamente en estos días que la importancia de cumplir con lo prometido cobra aún más fuerza.
A lo largo del año, hacemos promesas impulsados por emociones o situaciones del momento, muchas veces sin detenernos a considerar la seriedad de nuestras palabras. ¿Cuántas veces dijimos que cambiaríamos o mejoraríamos en algún aspecto de nuestra vida? Elul nos da la oportunidad de detenernos y evaluar si hemos cumplido esas promesas, tanto con Di-s como con los demás. Porque, como enseña este versículo, cuando hacemos un compromiso, Di-s lo demanda de nosotros, y no cumplirlo puede tener consecuencias espirituales.
Elul es también un tiempo de acercamiento a Di-s, un momento en el que se nos recuerda que "el Rey está en el campo", es decir, que Di-s está más cerca que nunca, accesible para escuchar nuestras plegarias y ver nuestra sinceridad. Pero esta cercanía también viene con una responsabilidad: ser honestos con nosotros mismos y con los compromisos que hemos hecho. Si en este mes podemos identificar áreas donde no hemos cumplido lo que prometimos, es el momento perfecto para hacer teshuvá, arrepentimiento, y buscar rectificar.
En nuestras relaciones interpersonales, es igual de crucial. Cumplir nuestras palabras no solo es una muestra de respeto hacia los demás, sino también una forma de construir confianza. En Elul, debemos aprovechar para reparar esas promesas incumplidas con nuestros seres queridos. Tal como nos preparamos espiritualmente para presentarnos ante Di-s en Iom Kippur, debemos también presentar nuestras acciones con sinceridad ante quienes nos rodean.
Por eso, cuando te encuentres ante la tentación de prometer algo, recuerda: es mejor no prometer que fallar. Elul nos ofrece un espacio para reflexionar sobre las palabras que hemos dicho y los compromisos que hemos tomado. Es un tiempo para alinear nuestras acciones con nuestras intenciones, de modo que cuando llegue el gran día, podamos pararnos ante Di-s con integridad y un corazón sincero.
Que este Shabbat sea un tiempo de renovación y que podamos transitar este tramo sabiendo que hemos hecho todo lo posible por cumplir nuestros propósitos.
‘Am Yisra’el ḥai
¡Shabbat Shalom! ¡Shalom al Yisra’el, Shalom al olam!
Moré Sergio Man
Septiembre 2024