Bᵉreshit 24:63 "Y salió Itzjak para meditar en el campo, antes del anochecer. Levantó sus ojos y vio, que he aquí unos camellos venían."
וַיֵּצֵא יִצְחָק לָשׂוּחַ בַּשָּׂדֶה לִפְנוֹת עָרֶב וַיִּשָּׂא עֵינָיו וַיַּרְא וְהִנֵּה גְמַלִּים בָּאִים׃
Muchas veces nos cuesta detenernos, mirar hacia adentro y buscar ese diálogo íntimo con Di-s. Pero es precisamente en esos momentos de calma, en el "campo" de nuestra alma, donde podemos preparar nuestro corazón para recibir las bendiciones que están en camino.
Rashi explica que la palabra "lasuaḥ" (meditar) indica plegaria. Según él, Itzjak no estaba simplemente reflexionando en silencio, sino que estaba rezando, conectándose con Di-s en un momento de necesidad y esperanza. El salir al "campo" simboliza un alejamiento de las distracciones mundanas, una búsqueda de claridad interna y espiritual. El campo representa un espacio donde el ser humano puede reconectarse con la esencia divina presente en la creación, elevándose por encima de las preocupaciones terrenales.
Al igual que Itzjak, alzando los ojos en el momento adecuado, también nosotros debemos estar atentos para reconocer las oportunidades y los regalos que Di-s nos envía. No se trata solo de esperar, sino de hacerlo con fe, confianza y la preparación espiritual necesaria para valorar lo que llega. El acto de alzar los ojos simboliza apertura, disposición y fe. Este gesto indica que Itzjak estaba preparado para recibir lo que el cielo había destinado para él. Esta acción nos enseña que, aunque busquemos la conexión espiritual a través de la plegaria, también debemos estar atentos al momento en que las bendiciones llegan a nuestras vidas.
Muchas veces, las respuestas a nuestras plegarias llegan de maneras inesperadas y debemos estar listos para recibir lo que la vida nos ofrece, incluso cuando no llega en los términos que imaginábamos. El encuentro entre Itzjak y Rivka es mucho más que una unión matrimonial; es un símbolo de la continuidad de la promesa divina. Pero antes de que Rivka llegue, Itzjak toma un momento para prepararse espiritualmente, enseñándonos que los grandes momentos de la vida requieren preparación interna y conexión con lo trascendente.
Hoy nos toca a nosotros tomarnos un momento para salir al "campo" de nuestra vida, alza nuestros ojos y permitir a nuestro corazón conectarse con lo Divino. Puede que, como Itzjak, descubramos que las bendiciones ya están en camino, acercándose en su propio tiempo y forma.
¡Shabbat Shalom! ¡Shalom al Yisra’el, Shalom al olam!
HaMoré Sergio Man
Noviembre 2024