Dᵉvarim 30:11 "Porque este precepto que Yo te ordeno hoy, no está velado de ti, ni él está lejano" כִּי הַמִּצְוָה הַזֹּאת אֲשֶׁר אָנֹכִי מְצַוְּךָ הַיּוֹם לֹא־נִפְלֵאת הִוא מִמְּךָ וְלֹא רְחֹקָה הִוא׃

¿Cuántas veces sentimos que la vida espiritual es algo reservado para otros? Que estudiar Torá es para sabios, que rezar con kavaná es para tzadikim, que hacer teshuvá de verdad es una meta que nunca vamos a alcanzar. Nos convencemos de que estamos demasiado lejos, demasiado ocupados, demasiado rotos. Y justo ahí, la Torá dice: "no es un misterio inalcanzable, no está fuera de tu alcance", no pienses que volver es imposible, que ya no hay remedio, que no hay marcha atrás, porque al contrario: el camino de regreso siempre está abierto, siempre está cerca.

Muchas veces llegamos a los Iamim Noraim con un peso en el alma: sentimos que nos queda grande la tarea de cambiar, que tenemos demasiados errores acumulados, que no sabemos por dónde empezar. Pero la Torá nos calma y nos recuerda que no es imposible. No se trata de transformar el mundo entero en un día, se trata de dar un paso, uno solo, hacia la vida. Es decir, la Torá no es teoría abstracta: se vive en palabras, en sentimientos, en acciones.

Rosh Hashaná no es solo el cumpleaños del ser humano, es también el reinicio de nuestra vida espiritual. Y la elección está ahí: ¿vamos a arrastrar las mismas costumbres que nos apagan, o nos animamos a encender una chispa nueva? ¿Vamos a quedarnos con la maldición de la indiferencia, o vamos a elegir la bendición de la conexión, de la comunidad, de la tefilá, de la Torá, de la teshuvá?

Nuestros jajamim explican que cuando la Torá dice "está en tu boca y en tu corazón para cumplirlo" (30:14), nos está dando la receta de estos días: con la boca - nuestras palabras de tefilá y de perdón; con el corazón - nuestro deseo sincero de mejorar; y con la acción - los pequeños pasos concretos. Todo está a nuestro alcance. Así que, cuando escuchemos el shofar en Rosh Hashaná, que resuene dentro nuestro este mensaje: la vida no está lejos. La bendición no está escondida. Solo hay que elegirla.

Rosh Hashaná no viene a pedirnos que seamos ángeles, ni que demos un salto imposible. Nos pide un movimiento sincero hacia la vida, un paso más cerca de Di-s, una elección consciente de luz en lugar de oscuridad. Es el eco de lo que más adelante dice Moshe: "ובחרת בחיים" — "elegí la vida". Quizás elegir la vida esta semana sea decidir hablar con ternura en casa. Quizás sea pedir perdón. Quizás sea comprometerse a una mitzvá sencilla. No hace falta salvar al mundo: basta con empezar desde lo cercano, desde lo que está al alcance.

El mensaje de la Torá es un bálsamo: no te castigues pensando que estás demasiado lejos. La teshuvá no es para otros, es para vos. La vida plena no es para después, es para hoy.

¡Shabbat Shalom! ¡Shaná Tová! ¡Shalom al Israel, Shalom al olam!

Hamoré Sergio Man
Ba‘al tᵉfilla, Ba‘al Kore, Ba‘al Tokea‘
Septiembre 2025