Bᵉreshit 6:9 "Éstas son las generaciones de Noaj: Noaj fue un hombre justo, íntegro en sus generaciones; con Di-s caminó Noaj"
אֵלֶּה תּוֹלְדֹת נֹחַ נֹחַ אִישׁ צַדִּיק תָּמִים הָיָה בְּדֹרֹתָיו אֶת־הָאֱלֹהִים הִתְהַלֶּךְ־נֹחַ׃

Cuando el mundo estaba lleno de violencia y corrupción, el Creador buscó un ser humano que todavía recordara el bien. Noaj fue ese hombre. No era un profeta que hablaba en plazas ni un líder multitudinario. Era, más bien, un constructor silencioso. Su voz fue su martillo, su fe fue su plano.

El Midrash enseña que Di-s le dio ciento veinte años para construir el arca, no por lentitud, sino para dar tiempo al pueblo a arrepentirse. Cada golpe que daba Noaj sobre la madera era una advertencia: "¡Vuelvan al camino del bien antes de que llegue el diluvio!", Pero el pueblo se burlaba de él. Le decían: "¡Viejo loco, no hay lluvia en el cielo, y tú hablas de diluvios!". Y sin embargo, Noaj no se rindió. Siguió construyendo, día tras día, bajo el sol y las risas.

Noaj fue un "tzadik bedorotav" un justo en su generación. Rashi interpreta que esto puede entenderse de dos modos: Algunos sabios dicen que si viviera en la época de Abraham, no sería considerado tan justo, pero otros sostienen que justamente su mérito es mayor, porque mantenerse puro en medio de la maldad es mucho más difícil que hacerlo rodeado de justos. Noaj no salvó al mundo entero, pero salvó la posibilidad de volver a empezar, cuando las aguas finalmente cubrieron la tierra, y la humanidad desapareció, Noaj esperó. Esperó mientras el viento soplaba, mientras el arca se balanceaba en medio del caos.

Y cuando finalmente Di-s le ordenó que saliera del arca, ofreció un sacrificio de agradecimiento. No maldijo el aislamiento, no reclamó por lo perdido, agradeció por lo que quedaba.

Sforno explica que "caminar con Di-s" significa reconocer que, aunque uno no puede cambiar el mundo entero, puede cambiar su propio camino, mientras que el Rambán agrega que Noaj representa el inicio de una nueva humanidad, donde la alianza no depende de la perfección, sino de la responsabilidad.

Rabí Harold Kushner escribió: "Noaj no fue un superhombre, fue un ser humano que decidió no rendirse. Y eso, a veces, es el mayor acto de fe". Hoy, muchos nos parecemos, porque nos toca construir, a veces en soledad, arcas personales: proyectos, familias, comunidades, sueños. El mundo nos distrae, se burla, se acelera, y aún así, debemos mantener el ritmo constante como el martillo de Noaj: trabajar, creer, construir, es seguir caminando con Di-s, incluso cuando el camino es lento, incluso cuando nadie más camina con nosotros.

¡Shabbat Shalom! ¡Shalom al Yisra’el, Shalom al olam!

Hamoré Sergio Man
Octubre 2025