Bᵉreshit 24:1 "Abraham era anciano, entrado en años, y el Eterno había bendecido a Abraham en todo. וְאַבְרָהָם זָקֵן בָּא בַּיָּמִים וַיהֹוָה בֵּרַךְ אֶת־אַבְרָהָם בַּכֹּל׃"
Nuestros sabios enseñan que no hay palabra superflua en la Torá. Si dice que Abraham era anciano y "entrado en días" (zaken ba bayyamim), no es mera repetición. El Midrash explica: no solo envejeció en años, sino que cada día de su vida tenía contenido, propósito y luz. Abraham no acumuló días vacíos, sino que "entró" en ellos, los vivió plenamente.
El midrash sigue explicando que decir que "bendijo en todo" (bakol) se puede interpretar de diversas formas:
- Algunos dicen que significa que Abraham tuvo una hija, símbolo de ternura y continuidad.
- Otros entienden que alude a la sabiduría y paz interior.
- Y hay quienes enseñan que refleja la conciencia de que todo lo que uno posee es un regalo divino.
El Zóhar explica que "bendecido en todo" no significa que Abraham nunca enfrentó pruebas, sino que encontró bendición incluso dentro de ellas. Su fe lo transformó en un canal de luz. ¿Y no es eso lo que todos deseamos? Vivir de tal manera que incluso nuestras luchas tengan sentido, que nuestras heridas se vuelvan fuente de empatía.
De cualquier modo, la bendición de Abraham fue total: no solo externa, sino interna. Era un hombre que había aprendido el secreto de la plenitud. Porque la vida de Abraham nos muestra que la vejez no es decadencia, sino cosecha. Cada año trae más claridad, más experiencia, más paz. La Torá describe la muerte de Abraham más adelante con las palabras "saciado de días" (25:8) porque no solo vivió mucho, sino que se sintió satisfecho. Un alma que mira hacia atrás y puede decir: "usé bien el tiempo que me fue dado".
En nuestra era acelerada, vivimos muchas veces el día sin estar "en" él. Nos movemos entre notificaciones, rutinas y preocupaciones, olvidando que cada instante puede ser un pequeño santuario. El mensaje de Abraham es contracultural: no acumules días, en cambio habítalos. No midas tu vida por lo que logras, sino por lo que santificas.
Cada día que dedicamos a la bondad (Ḥesed), al estudio, o a fortalecer una relación, se vuelve parte de nuestra eternidad. El Mesilat Yesharim enseña que el justo vive con conciencia de cada acción, porque sabe que el tiempo es el tejido de su alma. Abraham Avinu fue el primero en mostrarnos cómo transformar el paso del tiempo en crecimiento espiritual. Decir que Abraham fue "bendecido en todo" es también reconocer que su vida fue una integración: cuerpo y alma, acción y contemplación, fe y hospitalidad.
El Sforno comenta que Abraham alcanzó el estado en el que no deseaba nada fuera de sí mismo, porque comprendía que lo que tenía era exactamente lo que el Eterno quería que tuviera. Esa aceptación profunda es la raíz del shalom - la verdadera paz.
Ser "bendecido en todo" no es tenerlo todo, sino ver a Di-s en todo. Abraham Avinu nos enseña a vivir con plenitud: a llenar cada día de propósito, a encontrar bendición en los procesos, y a llegar al final del camino con serenidad y gratitud. Que esta parashá nos inspire a mirar nuestros días con más conciencia, a llenarlos de Tora, de amor, y de Ḥesed. Que aprendamos a ser, como Abraham, no solo viejos en años, sino ricos en días.
¡Shabbat Shalom! ¡Shalom al Yisra’el, Shalom al olam!
Hamoré Sergio Man
Noviembre 2025


