- Parasha
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Nuevamente nos toca analizar el controvertido suceso de la venta de Iosef, el hijo menos, el amado de Iaakov, por medio de sus hermanos.
La Torá cuenta que uno de los hermanos, Reubén, el primogénito, y como responsable por la integridad de cada uno de sus hermanos y, ultimadamente también por la integridad de su padre Iaakov, decide poner en práctica una estrategia para salvarlo del decreto capital:
"Y lo vieron de lejos, y antes de que se aproximara a ellos se confabularon a matarlo. Y dijeron un hombre a su hermano: “He aquí que viene el soñador. Vamos ahora a matarlo, y arrojémoslo a un pozo y digamos que una fiera lo devoró, y veamos que será de sus sueños”. Y escuchó Reubén, y lo salvó de sus manos, y les dijo: “No matemos a un hombre”. Y les dijo Reubén: “No derramen sangre, arrójenlo a este pozo que está en el desierto, pero no levanten su mano sobre él”, con intención de rescatarlo de sus manos y retornarlo a su padre". (Bereshit 37, 20-22)
Si nos ponemos a ver, en realidad, Reubén no logró salvar a su hermano, ya que finalmente Iosef fue vendido, y así no pudo materializar su intención de regresarlo a las manos de su padre.
Dice la Torá:
La sección de esta semana lleva el nombre de Sara, la primer matriarca del pueblo hebreo, y la misma comienza relatándonos los años de su vida e inmediatamente nos menciona su fallecimiento. En el resto de la parashá no se vuelve a mencionar nada de la vida de nuestra matriarca, sólo se explica en el primer capítulo la búsqueda que hizo Abraham para encontrar un lugar donde enterrarla, y luego todo el relato se apoya en la búsqueda de una mujer para Itzjak, hijo de Sara y de Abraham.
Parashat Vaiera, es un caleidoscopio de situaciones que nos llevan a una misma pregunta:

