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BOCA CERRADA
“Y llegó la mañana y vio que era Lea” (Bereshit 29,25)
En el Midrash (Tanjuma, Vaietze 6), dijo rabi Shimon Ben Gamliel, “toda mi vida crecí entre los sabios, y no encontré nada mejor en ellos que el silencio”. Rajel Imenu fue bendecida gracias a su propio silencio, y eso dio los méritos suficientes, para que su descendencia, pueda mantenerse en silencio cuando era imprescindible.
Rajel vio los regalos que Iaacov envió para ella, y vio como Lavan se los entregaba a Lea, y no abrió su boca, no dijo nada. A Biniamin, su hijo, le correspondió, en el pectoral del Cohen Gadol, en el Efod, la piedra llamada “Ioshfe”. Y Binamin supo de la venta de Iosef, y no habló. Exactamente el significado de su piedra “Ioshfe”, Iesh Lo Pe (tiene boca), tiene boca para hablar, y no habló. El rey Shaul, descendiente de Biniamin, hijo de Rajel, tuvo que callarse: “no revelará las cosas del reinado” (Shmuel 1 10,16). Y a Ester (también descendiente de Rajel Imenu), Mordejai Hatzadik le ordena no hablar sobre cierto tema específico: “no le dirá al rey a que pueblo pertenece” (Ester 2,20).
Tengo una pregunta: si la piedra que le correspondió a Biniamin fue “Ioshfe”, que tiene las mismas letras, notrikon, de “Iesh Pe”, hay boca, lo lógico sería decir que si hay una boca, la boca es para usarla. Y si no fuera así, entonces, ¿para qué tenemos la boca? ¿Cómo pudieron haber estudiado de aquí que la boca la vamos a utilizar para quedarnos callados?