"Y no erigirás para ti un monumento que odia Hashem tu D-s" (Devarim 16, 22).
 
ולא תקים לך מצבה, אשר שנא ה' אלקיך

Y si bien este versículo se refiere a la prohibición de erigir monumentos de idolatría, podemos comprenderlo indirectamente también como una prohibición de no hacer idolatría de uno mismo ...

Y si bien la persona debe de tener una autoéstima alta y estar contenta con sus logros, prohibido está que "se la crea", pensando que es solamente por su capacidad o por su inteligencia que logra sus objetivos.

Y en este sentido, el ser humano debe de conservar una absoluta actitud de recato y de humildad, reconociendo que todo lo que tiene y logra es en mérito a la ayuda que el Creador le brinda para que sus esfuerzos puedan dar frutos; y nada hubiera logrado de ser únicamente por si mismo ...

Y sin lugar a dudas, la humildad es la cualidad que cuida y protege el éxito de nuestros logros, de modo tal que éstos persistan y perduren, en lugar de derrumbarse para que nos demos cuenta de Quién es verdaderamente el Soberano del mundo.

Lógica Vs. Fe

En la parashá de esta semana, Reé, los israelitas son advertidos en contra de caer presos de los "milagros" hechos por falsos profetas. Dice la Torá (13:2-4):

"Si habrá en medio de ti algún profeta o un soñador de sueños, y te ofreciere una señal o milagro… Y ocurriera la señal o el milagro - que te había hablado - diciendo: 'Vamos en pos de otros dioses - a quienes no has conocido - y adorémoslos…'. No habrás de escuchar las palabras de ese profeta o de ese soñador de sueños; pues Di-s los está sometiendo a prueba a ustedes, para saber si ustedes aman a  Di-s con todo vuestro corazón y con todo vuestro ser".

Ieshaiahu (Isaías) 49:14 - 51:3

Esta semana leeremos la segunda de las siete haftarot de consuelo seleccionadas del libro del profeta Ieshaiahu. En los versículos anteriores del libro del profeta, encontramos recordada la histórica función del pueblo de Israel sobre la tierra.  Allí es relatado cómo le fue delegada al pueblo de Israel la función de traer luz y libertad a los pueblos del mundo, para construir un camino de paz entre las naciones, que preparará el terreno para un posterior asentamiento del reino de D'os sobre la tierra.

También Ieshaiahu profetiza acerca del futuro retorno de los hijos de Israel a la tierra de sus antepasados - pues hasta ese momento estarían dispersos por los cuatro rincones del mundo.  Cuando ese regreso masivo ocurra, entonces ya no escucharemos más las quejas de la "madre Tzión", que solía decir:

"Dijo Tzión: Me ha abandonado D'os y mi Señor me ha olvidado" (49:14)

Ieshaiahu (Isaías) 40:1-26

A partir de esta semana y hasta el shabat anterior a Rosh Hashaná, leeremos lo que se conoce como "las siete haftarot de consuelo".  Rabí Mordejai Iafé (1535 - 1612) en su libro conocido llamado el "Levush", escribió que estas siete haftarot han sido seleccionadas buscando el objetivo de consolar al pueblo de Israel por la destrucción del Templo de Jerusalem.

El midrash recuerda que hay siete clases de consuelo, y compara al exilio del pueblo de Israel entre los pueblos del mundo, con un rey que fue tomado prisionero junto con sus hijos, sus yernos y todo su pueblo, quedando la reina sola por muchos años.  Después de algún tiempo le informaron a la reina que ellos retornarían, y de esta manera, la reina obtuvo consuelo de su sufrimiento.