- Parasha
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וְזֹאת תּוֹרַת זֶבַח הַשְּׁלָמִים אֲשֶׁר יַקְרִיב לַיהוָה׃ אִם עַל־תּוֹדָה יַקְרִיבֶנּוּ וְהִקְרִיב עַל־זֶבַח הַתּוֹדָה חַלּוֹת מַצּוֹת בְּלוּלֹת בַּשֶּׁמֶן וּרְקִיקֵי מַצּוֹת מְשֻׁחִים בַּשָּׁמֶן וְסֹלֶת מֻרְבֶּכֶת חַלֹּת בְּלוּלֹת בַּשָּׁמֶן׃
"Esta es la ley del sacrificio de ofrenda de paz que ofrezca al Eterno: Si la ofrece como ofrenda de agradecimiento, junto con el sacrificio de ofrenda de agradecimiento deberá ofrecer hogazas de pan sin levadura mezcladas con aceite, obleas sin levadura untadas con aceite y hogazas de sémola mezcladas con aceite." (Vaikra 7:11)
En la lectura de esta semana se habla de los korbanot, los sacrificios, y en la porción trienal que nos toca este año leemos algo similar a la porción que compartíamos la semana pasada: El sacrificio de ofrenda de paz que uno podía ofrecer como agradecimiento.
A la ofrenda de paz, que como la semana pasada interpretábamos como un acto de solidaridad y contemplación para un todo (el altar, el kohén, el que entregaba la ofrenda y Di-s), aquí se le suma un concepto más, el de agradecer. Explica Rashi que los motivos de agradecimiento podían ser por un milagro. Se entiende así a los que viajaron por mar, a lo que atravesaron el desierto, a los que estuvieron encerrados en prisión y fueron liberados y a un enfermo que se curó. Todas situaciones que necesita uno agradecer a Di-s por haberse librado de un peligro.