Julio Verne, el autor de La vuelta al mundo en 80 días, dijo: «Podemos desafiar las leyes humanas, pero no podemos resistir a las naturales», siendo nosotros creyentes del poder de un Di-s que rige sobre el mundo, podríamos afirmar que las leyes naturales están bajo su mandato, las cosas pasan por algo.

En la sección semanal leemos el milagroso cruce de los israelitas a través del mar de los juncos - IAM SUF - y así agrega Rashi, que todos los mares del mundo se abrieron junto a este; incluso si pudieras explicarlo en términos científicos, el momento aún seguiría siendo milagroso.
La Torá relata que el pueblo y Moshé clamaban por salvación porque estaban entre la espada (el ejército de Egipto llegando tras de ellos) y las aguas del mar, pero también dice que Di-s le dice a Moshé que actúe y deje de rezar. Recién cuando el hombre actúa el milagro se hace visible, según el relato cuando Moshé apoya la vara sobre las aguas, según el midrash cuando Najshón ben Aminadav caminó con confianza sobre el agua hasta que estas se abrieron a su camino.

El tiempo pasa, a veces tenemos la sensación de que se pasa rápido, otras veces que se pasa lento, pero la realidad es que por lo general el control del tiempo lo tenemos nosotros. Las sensaciones de cómo se pasa el tiempo depende de cuánto disfrutamos lo que hacemos o de cuán tediosa es la tarea o acción que estamos realizando.

"Este mes será para ustedes el inicio de los meses, será para ustedes el primero de los meses del año" (Bereshit 12:2)

Estamos en la sección de la Torá donde los hijos de Israel están por salir de la esclavitud y opresión del pueblo egipcio y de su Faraón. Se dice que el estatus social y el papel de los esclavos era considerado inferior, sin valor o inexistente en relación a una persona libre; y eso nos hace pensar que un esclavo no maneja sus propios tiempos, no tiene la noción de cuándo decir basta y la sensación es que el tiempo no se pasa más, se cuenta quizá los segundos que pasan esperando que así el tiempo se detenga y llegue el descanso o el momento de ocio. Mientras el esclavo hace las tareas del que me manda, este último tiene más tiempo libre para hacer o disfrutar lo que quiera, y a este el tiempo quizá se le pase "volando" porque al disfrutar lo que hace no cuenta los segundos que pasan.

Una contra oferta es una oferta que se hace frente a otra anterior. La vida puede ser pensada como una constante oferta y contra oferta. Alguien o algo nos da y nosotros la aceptamos o la rechazamos y buscamos otra oferta que nos satisfaga. Así interpreto la constante lucha entre Di-s y Paró en el intercambio de las plagas por la liberación de los hijos de Israel. Pensemos en la parashá de esta semana donde se relatan las primeras 7 de las 10 plagas [makot - עשר מכות מצרים] enviadas al faraón [Paró] y al pueblo egipcio. Con las primeras dos plagas (convertir agua en sangre y hacer subir ranas sobre la tierra), cada una fue replicada por los hechiceros de Paró, pero en la tercera (la plaga de los piojos), los brujos egipcios tuvieron que conceder que sólo Di-s puede hacer estas maravillas. Ante las primeras 2 "ofertas" del Di-s de Israel, hubo una "contra oferta" por parte de los hechiceros de Paró, y ante la 3ra "oferta" fue Paró (como líder) quien comenzó a hacer una "contra oferta" pues ya las posibilidades de sus recursos (los hechiceros) se habían acabado.

"Y Di-s le dijo a Moshé: «Ehieh Asher Ehieh [Yo Seré el que Seré]». Y dijo: «Así dirás a los hijos de Israel: Ehieh [Yo Seré] me ha enviado a ustedes». Y dijo además Di-s a Moshé: «Así dirás a los hijos de Israel: El Eterno (Adon-i), Dios de sus padres, Dios de Abraham, Dios de Itzjak y Dios de Iaakov, me ha enviado a ustedes. Éste es mi Nombre para siempre, y esta es Mi mención por todas las generaciones»" (Shmot 3:14-15)

 

Así comienza el diálogo entre Moshé y Di-s ante la incertidumbre de cómo el pueblo tomaría la propuesta de enfrentar a Paró y salir de Mitzraim, Moshé le pregunta a Di-s cómo lo va a presentar ante los hijos de Israel, y Di-s se le revela como "Seré el que seré... así dirás «Seré» me enviado a ustedes", la Torá sin pausa dice "Dijo además... dirás... Adon-i (Iud Hei Vav Hei)... me ha enviado a ustedes. Éste es mi nombre para siempre".